Hoy nuestro destino era recorrer una pequeña parte de la
comarca del río Deza y el Toxa. Iniciamos nuestro recorrido en Merza del
Ayuntamiento de Vila de Cruces. Existen recorridos señalizados para visitar dos
lugares emblemáticos como son el monasterio de Carboeiro y las cascadas del Toxa. Caminamos de manera
pausada, intentando realizar un recorrido circular y que nos llevase a las
zonas más hermosas y emblemáticas. Pasamos por Reboreda, el río Orza, A Vrea
para llegar hasta las casas rehabilitadas por la Xunta de Galicia de las minas
de Fontao, en otros tiempos prósperas y ahora abandonadas desde los años
setenta.
Nuestro siguiente destino fue el monasterio de Carboeiro;
un lugar de obligada visita, en un entorno maravilloso. Una visita a los
interiores y alrededores del mismo por el módico precio de 1 euro persona. Es
importante destacar el puente do Demo sobre el río Deza, bien conservado. Una
vez terminada la visita comimos un poco de fruta (peras conferencia) y
continuamos nuestro camino por el monte do Carboeiro, bien conservado, para
llegar al pueblo de Carboeiro de Francia. Nuestro siguiente destino era el
objetivo principal: visitar las cataratas del Toxa. Después de realizar un pequeño tramo por
carretera y bordear el pueblo de A Moa, nos adentramos en unos prados y en un
monte para salir a un camino relativamente marcado que nos llevará a Pazos de
Bordén. Por sendas bien definidas vamos al mirador en la parte alta de la catarata. Las vistas
son idílicas. Este lugar bien merece una parada larga para disfrutar de un
paisaje único. Tenemos una vista de pájaro sobre el río Toxa.
Continuamos por caminos muy bien acondicionados y con
muchos visitantes. Una bajada pronunciada nos adentra en un bosque autóctono
hermoso y bien cuidado hasta llegar al fondo de la cascada do Toxa. La parada
se hace necesaria en un lugar excepcional. Proseguimos nuestro camino por la
margen izquierda del río Toxa hasta su desembocadura en el Deza. Cruzamos el
puente de hierro sobre el Deza y continuamos hasta el lugar de partida pasando
al lado de la capilla de San Paio (tal vez Campio) para llegar al punto de
partida.
El track facilitado es tal cual se realizo el recorrido, aleatorio
y a nuestra manera para tener una visión más amplia de la zona; figuran zonas
que visitamos porque nos parecían de interés. El recorrido no ofrece grandes
dificultades, si bien existen rutas más cortas, para visitar el monasterio y
las cataratas. Al final, un buen bocadillo de jamón y queso y una naranja. Un
día inolvidable.