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martes, 7 de mayo de 2024

PR-G 236 RUTA DA CASTAÑA E DO MEL - O CAUREL - PROBRA DO BROLLÓN (LUGO)


Pr-g 236 Ruta da castaña e da mel. 
Salcedo, 17 de noviembre de 2018. Concello de A Pobra do Brollón. 
Pertenece a la Comarca de Lemos tiene tierras en A Ribeira Sacra y además limita con el ayuntamiento de Folgoso do Caurel. Estas tierras tienen todas las circunstancias a su favor para el disfrute de la naturaleza. Sus tierras están afectadas por dos espacios protegidos LIC: Ancares– Caurel y Río Cabe. 
Sentido recorrido: En contra de las agujas del reloj. 
Ruta circular que tiene su inicio en el pueblo de Salcedo, junto al museo etnográfico de Salcedo. Hay paneles informativos de esta ruta de otras del ayuntamiento. El primer tramo coincide con A Ruta do Ouro y do Ferro, caminando entre pinares. Miradores excelentes sobre estas tierras, albarizas de piedra con forma circular y ovalada para la protección de las colmenas. A medida que descendemos la vegetación cambia y aparecen fresnos, abedules y otra vegetación típica de la ribera. Un desvío nos llevará en una bajada algo pronunciada al Rego Loureiros, que cruzaremos mediante un puente de madera perfectamente acondicionado. Al otro lado del regato iniciaremos una subida en zigzag que nos llevará a una pista ancha, girando a la izquierda. 
Pronto llegaremos al Souto de Paramedela y al sequeiro perfectamente recuperado y los castaños aparecen numerados. 
Seguimos nuestro camino disfrutando de los ocres de la estación, por antiguos caminos, en algunos tramos tallados en piedra pizarrosa, observando lo importante que, en tiempos no muy lejanos, fueron las castañas y la miel. 
Un recorrido fácil de casi 11.5 kilómetros con señalización perfecta y totalmente actualizada. Recomendación. 

FILANTROPÍA - CARIDAD - DISTRIBUCIÓN JUSTA DE LA RIQUEZA

La Burguesía Caritativa de Friedrich Engels en 1845 
“Primero chupáis la sangre a los proletarios y luego practicáis con ellos autocomplaciente filantropía, presentándoos ante el mundo como benefactores de humanidad cuando dais a las víctimas una centésima parte de lo que les pertenece” de F.E. 
"Filantropía" y "caridad" se confunden. En la época del imperio romano, Flavio Claudio Juliano que, tratando de restaurar el paganismo, acuñó el término "filantropía" para suplir al cristiano de "caridad", virtud de la religión católica junto con la fe y la esperanza. Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo. “Caridad” es practicar obras de misericordia, dar de beber al sediento, dar de comer al hambriento, posada al peregrino, vestir al desnudo, enterrar a los muertos y liberar al cautivo. Es por amor a Dios. A pesar de las limosnas, las clases desfavorecidas receptoras de las mismas, permanecen pobres, con las mismas necesidades. Los caritativos hacen mérito para ganar el cielo. La imagen del pobre pidiendo limosna a la salida del templo ilustra la caridad cristiana. La limosna no resuelve su estado. Mejor una caña y nasas para enseñarle a pescar. 
¿Dónde está la frontera entre la “caridad” y la “filantropía? “Caridad” y “filantropía” no están exentas de interés. La limosna para tranquilizar conciencias arrepentidas y ganar el reino de los cielos y las donaciones millonarias puestas al servicio de causas filantrópicas. En ambas subyace el interés material o espiritual, relativo o absoluto en el exuberante mundo altruista y de la autocomplacencia mediática. Portadas de los diarios, revistas y prensa especializada doméstica y supranacional dando masajes complacientes a sociedades con matrices en paraísos fiscales. 
Engels representa una realidad pretérita, de una época. Los problemas de distribución de la riqueza y de la vivienda, siguen vigentes. Las empresas son la ordenación optimizada de los distintos medios de producción para satisfacer a todos los intervinientes sociales. Accionistas, trabajadores con salarios dignos y la contribución al erario público. Sirven, deberían servir a sus clientes de manera ética. 
Chapó para todas las compañías que generan miles de puestos de trabajos con salarios dignos, sin explotación, que pagan las horas extras y cotizan por ellas. Y los beneficios generados se distribuyen de manera equitativa entre todos los trabajadores. 
¡Que manifiesten, sin complejos, que sus trabajadores reciben un salario digno que les permite llegar a fin de mes! Y si además practican la filantropía, para casusas nobles, merecen el reconocimiento público de la sociedad. 
Los que se aprovechan de la debilidad de sus trabajadores y buscan la autocomplacencia filantrópica, no son benefactores de la sociedad. Son enemigos públicos de los ciudadanos que buscan sacar beneficio de las clases más vulnerables y desfavorecidas