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martes, 30 de noviembre de 2021

TERJETAS HÍBRIDAS: TODO EN UNO (DÉBITO Y CRÉDITO)

La principal diferencia entre las tarjetas de débito y crédito es que cuando realizas un pago con las primeras, se carga en tu cuenta inmediatamente, mientras que en las de crédito se descuenta de forma aplazada según la modalidad de pago. Las tarjetas híbridas aúnan en un solo plástico las funcionalidades de estas dos tipologías.
En el mercado ya existen desde hace tiempo las denominadas tarjetas mixtas, aquellas que su función principal es la de crédito, pero permiten también retiradas en cajeros automáticos a débito sin comisiones. 
Las tarjetas híbridas van un paso más allá y pueden funcionar como débito o crédito para cualquier operación. Recuerda que en las tarjetas de crédito distinguimos dos formas de pago: la de pago diferido, en las que las compras se cargan normalmente a fin de mes y sin intereses, y las de pago aplazado, que sí que conllevan el pago de intereses (revolving).
¿Cómo decido una forma de pago u otra? En algunas tarjetas, el pago mediante contactless se anotará siempre a débito, mientras que si introduces la tarjeta en el datáfono será a crédito. En otras, se configura la forma de pago predeterminada en la app de la entidad. Otra modalidad de tarjeta dispone de dos caras diferentes, cada una con una forma de pago (débito y pago a plazos).
Ventajas:
No necesitas llevar encima dos tipos de tarjetas.
Eliges el método de pago y puedes gestionar de manera más efectiva tus finanzas.
Mayor aceptación que las de débito, al disponer de la opción de crédito se admiten en establecimientos que así la requieren (ej. alquiler de coches, reserva hoteles).
¡Presta mucha atención!:
a) No todas las tarjetas híbridas te permitirán modificar libremente la forma de pago.
b) Entérate bien bajo qué modalidad se emite por defecto antes de utilizarla. Cámbiala, si lo consideras conveniente.
c) Ten clara la forma de pago antes de utilizarla para financiar aquellas compras y pagar intereses solo en los casos deseados.
d) No te olvides de informarte sobre la comisión que tendrás que pagar por el uso de la tarjeta y de la diferencia que puede haber entre su uso a débito o a crédito.
e) Recuerda que, para prevenir el fraude, es muy importante adecuar los límites de crédito a tus necesidades y controlar el saldo de la cuenta sobre la que se carga el débito, así como revisar ambos, límites y saldo, frecuentemente. Ser pragmáticos y rigurosos en el endeudamiento, solo si no queda más remedio.
Uno de los productos más ofertados por las entidades tarjetas revolving
Estas tarjetas por su forma de pago pueden llevar a los usuarios /consumidores a endeudarse indefinidamente.
Entender que es una tarjeta revolving.
Las tarjetas revolving son tarjetas de crédito en las que dispones de un límite crediticio determinado que puede devolverse a plazos, a través de cuotas periódicas. Estas pueden establecerse como un porcentaje de la deuda existente o como una cuota fija. Dichas cuotas periódicas se pueden cambiar dentro de unos mínimos establecidos por la entidad.
Diferencias entre una tarjeta revolving y una de crédito tradicional.
Su peculiaridad reside en que la deuda derivada del crédito se “RENUEVA” mensualmente: disminuye con el pago de las cuotas, que genera así un nuevo disponible, pero aumenta mediante el uso de la tarjeta (pagos, reintegros en cajero), así como con los intereses, las comisiones y otros gastos generados, que se financian conjuntamente.
Puedes detectar que te encuentras ante una tarjeta revolving fijándote en la modalidad de pago establecida en el contrato.
Consecuencias financieras indeseables:
Uno de los reclamos de las tarjetas revolving es su supuesta facilidad para devolver el crédito con mensualidades muy bajas, casi a la medida del consumidor. Tener en cuenta que, si se contrata una cuota mensual baja, puede que ni tan siquiera cubra los intereses, que se suman y financian con el resto de operaciones. Al final, se produce un efecto de bola de nieve y la deuda, pese a abonar las cuotas, sigue creciendo y se corre el riesgo de encadenarse a una deuda indefinida, que nunca se termina de pagar. Es muy importante calcular correctamente las cuotas para evitar que la deuda crezca de tal manera que no pueda ser satisfecha con esta forma de pago. Fuente: Banco de España

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