Lela es un tema clásico escrito por la gran figura de la cultura gallega, Alfonso Rodríguez Castelao, en los años treinta del pasado siglo, con música de Rosendo Mato Hermida, y tiene una historia bonita, algo triste, pero para mí conmovedora. La pieza formó parte de una obra teatral de Castelao, Os vellos non deben de namorarse (Los viejos no deben enamorarse), estrenada en 1941. La canción, pensada a la manera de una tuna compostelana, suena aquí en la voz de la portuguesa Dulce Pontes (aunque no acaba de gustarme del todo el toque demasiado “fadista” que imprime al por otro lado bellísimo tema). Lela aparece en la obra como una serenata estudiantil interpretada por un coro de boticarios que se burla de un viejo enamorado de una chica que lo ignora y le hace sufrir. Su letra tiene un punto de amarga ironía, la que rezuma de la mirada cruel de un mundo que ve patético y no admite el amor de un anciano por una chica joven. Aunque mi lectura -interesada, claro- habla en cambio de la persistencia del amor, de su energía vital, de su irrefrenable poder que no cede ante barreras ni convenciones, ante distancias ni prejuicios, ante lugares comunes, ante diferencias de clase, de raza, de edad; un amor que, optimista, confía, se ilusiona, sueña, espera, imagina, crea, respira, vive... pese al insoportable peso del siempre victorioso principio de realidad (en la obra, el boticario enamorado, Don Saturio, muere al no soportar la ingratitud de Lela, la amada Leliña de sus sueños). Os recomiendo, en relación a esta vertiente del tema de "los amores imposibles" -la que tiene que ver con los desequilibrios de edad-, el espléndido Amor y vejez, de Chateaubriand, del cual ofrecí una reseña hace años en mi otro espacio de Radio Universidad, todosloslibrosunlibro.blogspot.com (Fuente: Alberto San Segundo-Radio Universidad Salamanca)
Lela
Están as nubes chorando
Por un amor que morreu
Están as ruas molladas
De tanto como chovéu
Lela, Lela
Leliña por quen eu morro
Quero mirarme
Nas meninas dos teus ollos
Non me deixes
E ten compasión de min
Sen ti non podo
Sen ti non podo vivir
Dame alento cas túas palabras
Dame celme do teu corazón
Dame lume cas túas miradas
Dame vida co teu dulce amor