Berta Cáceres fue asesinada por defender el medio ambiente. Ecologista, feminista y defensora de los derechos indígenas, Berta estaba luchando contra el complejo hidroeléctrico Agua Zarca, en la cuenca del río Gualcarque, Honduras. Esta presa restringía el acceso al agua a las comunidades locales lenca, ponía en riesgo su modo de vida tradicional, y amenazaba el medio ambiente. Gracias al trabajo de Berta la mayor empresa constructora de presas del mundo y varios bancos internacionales se retiraron del proyecto.
Ello le costó la vida. La madrugada del 2 de marzo de 2016 un grupo de sicarios la asesinaron e hirieron al activista mexicano Gustavo Castro, que se encontraba con ella. El crimen estuvo dirigido por militares y responsables de DESA, la empresa constructora de la presa. Pero los verdaderos autores intelectuales todavía se desconocen y el crimen siguen sin esclarecerse, en un proceso de investigación repleto de irregularidades y de vacíos legales que ha sido obstaculizado por el propio Gobierno de Honduras. (Fuente Greenpeace)