El
presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha presentado en La Moncloa
un plan extraordinario que actuará sobre más de 2.000 kilómetros
de carreteras y creará cerca de 190.000 empleos, sin repercutir en
el déficit. La recuperación, ha dicho, permite impulsar las
inversiones en infraestructuras, que a su vez potencian la
competitividad y la vertebración territorial.
Después
del brusco parón en la obra pública que provocó la crisis
económica, el Gobierno español presentó el viernes el plan de
inversión en infraestructuras más ambicioso en una década para
modernizar y completar su red de carreteras.
El
plan, que combinará inversión pública y privada, fue anunciado por
el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y su objetivo es
movilizar 5.000 millones de euros a través del Banco Europeo de
Inversiones (Bei y sobre todo el sector privado, sin que se
comprometa la senda de reducción de déficit pactada con Bruselas.
Se
trata de plan inversionista público y privado con la intención da
animar la economía sin desvincularse del los objetivos de reducción
del déficit. Es un plan de actuación sobre carreteras y los
corredores hasta el año 2020.
Es
una buena noticia.
Quizás
lo negativo de esta comparecencia es la ausencia de comentarios sobre
las nueve o diez autopistas que quebraron durante la crisis y cuyo
rescate se sigue negociando con los fondos de inversión y
acreedores que compraron deuda emitida por las concesionarias
originarias. Seguramente nos tocará a todos los españoles pagar
este fiasco.