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domingo, 3 de abril de 2016

RUTA DE LAS FUENTES CURATIVAS DE NOCEDA DEL BIERZO - PR-LE-44 - MIRADOR Y CATARATA DE LAS PEÑAS LA GUALTA - NECEDA - LEÓN - CASTILLA Y LEÓN (ESPAÑA)

Sábado, 02 de abril de 2016. Ruta de las Fuentes Curativas de Noceda del Bierzo.
Ruta señalizada como PR-LE-44 en la red de senderos de Castilla y León
Destino Noceda del Bierzo. La Suiza Berciana.
Actividad organizada por el Club Pena Trevinca Barco con esmero y de manera perfecta. ¡Gracias!
Ruta de la Fuentes Curativas de Noceda.  Una ruta destacada de la comarca del Bierzo, por lugares fantásticos, variada y con numerosos atractivos en un recorrido circular perfectamente señalizado. Una ruta visitando las distintas fuentes minero medicinales que existen.
Noceda forma parte de la comarca del Bierzo, ayuntamiento de la provincia de León. Atravesado por el río Noceda que nace en la Sierra de Gistredo. Un pueblo muy largo situado en las faldas de la de la sierra anteriormente citada.
Es de significar el Mirador de La Gualta, con sorprendentes vistas sobre los pueblos de Noceda y los montes Aquilianos al fondo, todavía blancos.
Abandonamos el mirador descendiendo zigzagueando por una senda muy vertical, acompañados de una cuerda de sujeción hasta la catarata de La Gualta, explosiva por la abundancia de agua. Bonita estampa. Invita a permanecer mucho tiempo en este paraje idílico.
El itinerario es: Noceda (cartel indicativo) – Fuente Juan Álvarez – Fuente del Azufre – Fuente da la Salud – Mirador de las Peñas de La Gualta – Cataratas de la Peña de La Gualta – Fuente del Canalijo – Piscifactoría – Fuente del Rubio (no visitada) – Noceda.
Por consenso no visitamos la Fuente del Rubio porque nos paramos mucho tiempo en la piscifactoría comprando truchas.
Comida: Restaurante La Fontaninas.
Un recorrido de once kilómetros de dificultad media, con desnivel acumulado de ascenso de cuatrocientos metros y de descenso en torno a los trescientos setenta metros. Un lugar recomendado.
Información del Ayuntamiento de Noceda del Bierzo, textos de Manuel Cuenya:
El recorrido de la ruta, que nos remite a un mundo de fantasías, se halla bien señalizado y discurre entre tupidos castaños que convierten el paseo en un placer para los amantes de las plantas y todo un lujo para los sentidos. Se recomienda llevar buen calzado y alguna provisión en las bolsas y mochilas, pues el trayecto supera los diez kilómetros. También se la conoce como la ruta de la genciana, ya que la zona es pródiga en una planta que, lamentablemente, se encuentra en peligro de extinción. La genciana se toma en infusiones, vinos, elixires o refrescos, y se recomienda en tratamientos digestivos, diurético o para combatir la tos. Los arándanos también abundan, siendo muy apreciados como ingredientes básicos para el orujo. Cabe la posibilidad de hacer la ruta en el sentido de las agujas del reloj, o bien en sentido contrario.
El punto de partida puede ser una zona conocida como el Mouro, o bien el punto de llegada, a gusto del visitante. El nombre de El Mouro nos evoca un mundo de ensoñaciones y nos devuelve a una infancia tocada por la varita mágica de las romerías y los juegos.
    Normalmente, el visitante suele partir del camping de Chanos, ubicado en el barrio de Río, y a partir de ahí inicia un cómodo ascenso, hasta alcanzar la fuente de Juan Álvarez. Luego puede continuar hasta la fuente del Azufre, de agua ferruginosa, bicarbonatada mixta. Dicha fuente hunde sus raíces en un paraje de aspecto selvático, donde vemos una pequeña cascada. El agua tiñe y salpica de color rojizo a quienes se acercan a echar un trago. Y se dice que produce un apetito comparable al de un león. En cualquier caso, se trata de un enclave idóneo para darse un capricho, interrumpir la caminata y disfrutar de la merienda.
Muy cerca se halla la fuente de la Salud, cuya agua es oligomineral, clorurada sulfatada mixta. El manantial de la Salud, al que bautizara otrora como manantial de la Doncella -pues el agua brota a chorros por entre un manto de musgo-, es otro lugar perfecto para hacer un alto. Basta asomar la boca al caño, clorurado y salutífero, para sentir las destrezas del líquido elemento.
A partir de estas fuentes el sendero se vuelve cada vez más empinado hasta llegar al mirador de las Peñas de La Gualta o Lagualta, donde el viento de la sierra alivia el sudor de la caminata. Desde esta posición privilegiada se contempla una idílica estampa del valle de Noceda. A partir de aquí comienza el descenso por una pendiente considerable, aunque unas cuerdas, puestas ex profeso en el sendero, ayudan al excursionista en su bajada y le dan seguridad, hasta llegar a la catarata de las Peñas de La Gualta o Lagualta. Un poderoso chorro de agua cae a plomo sobre un pozo desde unos veinte metros de altura, invitando al visitante a refrescarse en cuerpo y alma, sobre todo si el día es caluroso, y a dejarse arrullar por su sonido.



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