Estamos en Portugal (Tondela). Se
nota lo terrible que fueron los recientes incendios. No puedo olvidar esa
mágica ciudad de Viseu, en el centro de Portugal, rodeada de montañas y de los
ríos Vouga y Dao. Numerosas iglesias en el centro histórico con gran presencia
de la arquitectura religiosa y el arte sacro. Es la capital de la Beira Alta.
Aquí nació Vasco Fernandes (Viseu, 1475 – 1542), más conocido como Grão Vasco,
es considerado el principal pintor del quinientos en Portugal. Nacido
probablemente en Viseu ejerció su profesión en el Norte de Portugal en la
primera mitad del siglo XVI.
Uno de nuestros objetivos es visitar
Sierra de Caramulo, es de lo mejor que la naturaleza en este país te puede
ofrecer. Si sitúa en una zona de transición entre Beira Alta y Beira Litoral
con bosques, matorrales y aguas cristalinas, a pesar de la sequía, y típicas
aldeas diseminadas y construidas en granito.
Dos emblemáticos miradores nos
permiten apreciar en su contexto el paisaje pintoresco de Caramulo. El más
importante desde mi punto de vista es el pico Caramulinho que es además el más
alto de la sierra y vértice geodésico a 1076 metros sobre el nivel del mar y
con vistas panorámicas sobre todo el contorno de la sierra.
Otro punto a visitar es Cabezo da
Neve, en el lado opuesto de la sierra ya al que se llega en coche por carretera
asfaltada. Se observa en días claros las sugerentes cumbres de la Sierra da
Estrela, visitada por nosotros en fechas pasadas.
Descripción del recorrido Ruta de
los Caleiros. Circular cada cual elige el sentido de realización.
Este recorrido se inicia en la base
del Caramulinho, lugar donde se alcanza el punto más alto de la Sierra con 1
070 metros sobre el nivel del mar, y de donde se puede observar de los paisajes
más imponentes de la Sierra do Caramulo.
De aquí se sigue por la carretera
que, por un lado, rasga el paisaje rocoso, y por otro acompaña los pastos de
montaña, evidenciando la tradición de la pastoreo y trabajo agrícola en estas
tierras de clima riguroso, donde el granito surcado acusa el paso de coches
tirados por animales, y donde hasta hoy, se respira un aire puro y sano.
Al llegar a la carretera asfaltada,
se recorre pocos metros hasta entrar en los caminos que acompañan el trayecto
de los antiguos canales que garantizaban el abastecimiento del agua a las
poblaciones, y así seguimos hacia la Quinta. Antes de llegar a esta aldea
típicamente serrana, se pasa por dos molinos, y luego a la entrada se puede ver
la capilla de la aldea. Del adro se ve lo que queda de la calzada romana y la
ruina del caserío que fue otra aldea, ahora deshabitada y que se llama Carvalhal.
La caminata se dirige ahora hacia el
Pedrógão, donde podemos una vez más apreciar la singularidad del paisaje,
repleta de formaciones rocosas que, en la imaginación de cada uno, toma los más
diversos significados. Aquí se destaca el penedo del Equilibrio.
Más adelante surge un nuevo
acueducto, esta vez construido a lo largo de un muro de granito exhibiendo
minucioso e ingenio que permitía traer de los puntos más elevados de la sierra
el agua que servía a la población para regar sus campos, dar de beber a los
animales y también para uso doméstico.
De aquí en adelante, se recorre los
últimos metros de un recorrido más orientado hacia el contacto con la
naturaleza y belleza natural de un lugar que conserva gran tranquilidad y
genuinidad. Se queda atrás al tramo inicial recorriendo los rieles de la
sierra, pasando por una
de muchas torres eólicas que ya
imprimen su marca en el paisaje del Caramulo, en dirección al Caramulinho.