Concello de Laxe. Sábado, 08 de septiembre de 2018
Amanece un día precioso en A Costa de Morte. Un pequeño recorrido por este lugar utilizando como base de la actividad los PR-G,S 70 y 114. Necesitamos realizar recorridos circulares o de ida y vuelta. En A Costa da Morte los posibles recorridos a pie son infinitos.
Iniciamos nuestra actividad junto a un panel informativo al lado del Mirador da Ínsua, desde el que las vista. Desde este punto hay dos desviaciones de la carretera, una que va al cementerio y otra al Faro de Laxe. Realizamos este primer tramo en sentido contrario a las agujas del reloj, primero girando hacia la derecha por un camino relativamente ancho. En la primera curva de la bajada, giramos hacia la izquierda por una senda estrecha que recorre el Monte da Ínsua, perfectamente definida. Las vistas son excepcionales. Nos guiamos por las señalizaciones en nuestro caminar. Pronto encontramos la conocida Furna do Asno donde el agua del océano rompe con fuerza y un poco más adelante a Furna do Paso. Seguimos recorrido para en poco tiempo girar a la izquierda ascendiendo entre losas de piedra a la zona más alta del Monte da Ínsua. A partir de este punto empezamos a descender paulatinamente pasado por un tupido bosque de pinos, como si fuera un túnel. Giraremos un poquito hacia la izquierda para alcanzar el Faro de Laxe, el mirador Faro de Laxe o Punta Ínsua, aparcamiento y merenderos ubicados en la ladera del monte.
Después de un mínimo descanso, emprendemos camino por la senda entre rocas rodeando la vertiente oeste del monte con bonitas vistas sobre el pueblo de Camelle, con tramos rocosos, por encima de la Furna da Espuma protegida por una barandilla de madera para evitar alguna caída y bajar hasta el nivel del mar. Sobre el las rocas contemplamos la belleza del lugar.
Seguimos por un camino más ancho con vistas sobre o Petón do Castro en dirección a la Praia dos Cristais. En esta zona de Laxe había un antiguo vertedero donde se tiraban las botellas y otros recipientes. En estos acantilados de perpetuo oleaje, el mar recogió esos restos y los devolvió pulidos en una obra de arte sobre esta pequeña cala. Una playa esculpida con cristales modelados y que está prohibido coger.
Rodeamos el cementerio siguiendo el sendero a lo largo de la costa, al principio con bajadas para posteriormente ir ganando un poco de altura pegados al acantilado buscando nuestro siguiente objetivo que es el Petón do Castro (Peñón del Castro) al que llegaremos después de una subida corta pero muy pronunciada. Desde el Peñón del Castro las vistas son idílicas sobre el mar, los montes y la paradisíaca playa de Soesto. La bajada desde el Peñón es vertical por un estrecho sendero irregular con piedras donde deberemos extremar la atención hasta llegar a la playa de Soesto, que es una de las playas más populares de Galicia y cada verano se celebra el Campeonato Gallego a finales del mes de agosto. Se respira naturaleza ya que no hay casas ni pueblos pegados a la playa. Una playa que se caracteriza por ser un arenal retirado, tranquilo, de arena fina y de aguas a veces mansas y a veces muy, muy fieras en muchas otras, que rompen contra la dureza de la costa rocosa del mar abierto. Es una playa ideal para la práctica del surf, y por eso el último fin de semana de agosto tiene lugar en sus aguas la celebración de pruebas deportivas pertenecientes al Campeonato Gallego de Surf y otros.
Abandonamos la playa, cruzamos el riachuelo Soesto por un puente de madera para continuar por un camino entarimado de madera que nos llevará a un sendero hasta la Punta de Catasol. Podremos ver un camino con piedras en las que se aprecia los surcos de las ruedas de los carros que se dedicaban al transporte de las algas para abonar las tierras del cultivo. Seguimos hasta la Furna do Arnado y la pequeña playa (mejor cala) del mismo nombre. Desde este punto regresamos al punto inicial en algunos trayectos por el mismo lugar y en otros por caminos alternativos.
Fenomenal recorrido que os recomiendo por zonas mágicas de A Costa da Morte.