Los españoles tambien somos campeones en desperdiciar comida. Una aberración. El rostro de la pobreza convive entre nosotros. Sí, permanecemos impasibles.
El despilfarro de la comida es inmoral. Tenemos que autocomprometernos, imponer un autoimperativo ético para no tirar lo que llamamos desperdicios. Y es comida buena.
Si nos consideramos una socidad madura, avanzada y con principios no deberíamos necesitar la regulación de las autoridades. No se puede deshechar alimientos que otros necesitan.
No se recolectan, por ejemplo, las peras un poco pequeñas, que estén un poco feas, con alguna mancha. Se dejan tiradas en las plantaciones. ¿Que nos ocurre como sociedad?. Esos productos son buenos y se pueden comercializar a precios muy baratos porque alimentan y tienen las mismas propiedades que las peras grandes y de formas iguales. Solo un ejemplo.
El año pasado los españoles, con la que cayó, fuimos capaces de tirar al cubo de la basura 1.300,00 millones de alimentos sin consumir, esto es, cada uno de nosotros desperciciamos aproximadamente 30 kilogramos. Yo, asumo mi cuota de responsabilidad como consumidor final.
¿Y que ocurre con la cadena intermedia? Tememos que realizar algo parecido a la prevención, para evitar pérdidas de alimentos, jerarquizando su utilización para nutrir a las personas de variopintas maneras que pasan necesidades y hambre: Se me ocurren la creación de bancos de alimentos que reciban donaciones y otras entidades sin ánimo de enriquecimiento.
Supongo que en la hostelería, restauración y similareas tienen excedentes y bien podrían establecer acuerdos de recogida, transporte y almacenamientos de alimentos y donarlos para colectivos vulnerables y necesitados. Algo semenjante sería ideal para las industrias agroalimentarias.
Existen multitud de alimentos que no se venden y están en condiciones óptimas para el consumo. Sería ideal que se aprovecharan para realizar zumos, mermeladas y otros ( no desperdiciar frutas y verduras). Los no aptos para el consumo, se deberían aprovechar para la fabricación de subproductos, bien para consumo de los animales (si son aptos), para uso agrario, o en la industria. O energía.
Los guarismos que nos muestra el cuadro de desperdicio alimentario en España, referido a los años 2019 y 2020, son alentadores. En 2020 desperdiciamos menos que en al anterior, salvo en los turrones, frutos secos y pasta. Todos podemos contribuir.
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