El mirador del El Picu (en Pimiango) es un espacio de recreo, ubicado en la costa del ayuntamiento de Ribadedeva, en una zona que tiene un gran valor cultural y natural. Desde este estupendo mirador se puede contemplar una buena parte de la costa oriental asturiana y de la costa occidental de la comunidad de Cantabria y el esplendor del mar Cantábrico.A las espaldas de mirador, también tenemos vistas fantásticas de la Sierra de Cuera, y los Picos de Europa, pudiendo distinguir muy bien el Naranjo de Bulnes (Picu Uriellu).
Además, un lugar amplio para aparcar el coche. Algo importante.
Desde el mirador de El Picu iniciamos nuestra actividad de senderismo costero. Nuestro primer punto de paso previsto es el lugar de Pimiango. Un pueblo pequeño y tranquilo; se respira paz y sosiego. Un pueblo que en tiempos pretéritos tuvo importancia la profesión de zapatero. Estos zapateros idearon un lenguaje propio, denominado mansolea, semejante al barallete de los afiladores ourensanos.
Abandonamos Pimiango y, después de pasar Las Encinas, nos desviamos hacia la derecha en busca del vértice geodésico Cañón que se ubica en el cerro llamado Pico Cañón. Tomamos un camino dirección oeste y a los 300 metros más/menos, el camino se bifurca tomando el ramal de la derecha y a menos de 1 kilómetro llegamos al vértice, que es encuentra a la izquierda, entre el camino y la alambrada de una finca privada.
Continuamos por el camino que nos llevará al mirador Pico Cañón. Un lugar estratégico en tiempos pasados en la guerra contra los franceses, de ahí su nombre referido a una pieza artillera existente en este lugar. Además, también están las trincheras de la Guerra Civil Española.
Desde este mirador tenemos buenas vistas sobre la ría Tina Mayor y Unquera, de la vecina Cantabria.
Abandonamos este cerro, retrocediendo sobre nuestros pasos hasta el cruce para desviarnos en busca del monasterio de Santa María de Tina (un punto de referencia principal).
Una bajada muy pronunciada, en un tramo relativamente corto, nos llevará desde la cota de los 140 msnm hasta los 40 msnm. en la que se ubica una construcción ruinosa. En este lugar giramos a nuestra izquierda, bordeando la citada ruina.
Ahora caminamos por una senda sin apenas desniveles hasta un desvío que tomamos a la derecha, dirección a los acantilados por senderos en un bosque de encinas, para contemplar los acantilados de este lugar recóndito. Regresamos sobre nuestros pasos a la senda, para continuar por la misma un tramo muy pequeño para volver a desviarnos por un sendero estrecho (entre encinas) que nos llevará hasta Santa María de Tina (otro de nuestros puntos de referencia).
Se trata de una construcción religiosa sencilla, de mampostería, sillarejo y sillar, del siglo XIII (románico tardío).
La talla románica de la Virgen con el Niño procedente de Santa María de Tina se conserva en la actualidad en la iglesia parroquial de San Roque de Pimiango, junto con un tríptico escultórico de Santa Ana, la Virgen y el Niño, de los siglos XVI o XVII.
Se conservan in situ y en el Museo Arqueológico de Asturias varios fragmentos de sepulcros románicos pertenecientes a esta iglesia:
- En el exterior del templo, próxima a la estructura arquitectónica adosada al muro Norte de la nave, se localiza una tapa de sepulcro lisa de forma trapezoidal.
- En el interior, adosado a este mismo flanco de la nave se encuentra la caja de un sepulcro de piedra, muy deteriorado, cuya tapa puede que sea la mencionada arriba.
- En el Museo Arqueológico se custodia otra lauda sepulcral, de forma trapezoidal, de piedra arenisca, decorada con dos hileras de dientes de sierra en los bordes de los lados largos que flanquean un tallo ondulante.
En este conjunto religioso se hicieron actuaciones de limpieza y conservación por parte de las autoridades.
Abandonamos Santa María de Tina por unas escaleras acondicionadas que nos llevarán hasta la cascada de Tina. Hay una pasarela de madera para cruzar y continuar hasta San Emeterio.
Leyenda: Fue en ese lugar donde desembarcaron los restos de los soldados San Emeterio y San Celedonio, mártires de su fe, cuyo navío fue guiado de forma milagrosa hasta la costa de Pimiango (Ribadedeva). En su honor se levantó el pequeño templo y cada mes de marzo los vecinos celebran esta fiesta, declarada de interés regional, con un tradicional peregrinaje de dos kilómetros desde la iglesia parroquial de San Roque, en el centro de la localidad, hasta la ermita de Santu Medé.
Data del siglo XVI, con un atrio porticado, se alza sobre otro mucho más antiguo. Estamos en un lugar de mucha belleza, pegados al mar. Las encinas parece que buscaron refugio y protección en este lugar. Como nota destacar que en Santu Medé se rodaron escenas de la película El Abuelo de José Luis Garci.
Frente a la ermita, en la campa de Santu Medé, se localiza un pequeño altar (también llamado humilladero) con cubierta a tres vertientes apoyadas en columnillas de capitel moldurado. Este altar sirve parar depositar el santo el día de la fiesta.
Desde este altar, vamos a visitar el Cueva de el Pindal. Su única entrada mira hacia el mar y conduce, tras un gran vestíbulo naturalmente iluminado, a una galería lineal en completa oscuridad. Se baja por una escalera de caracol construida en hierro hasta la entrada.
La primera mitad de la cueva es amplia y de fácil de recorrer, dividida en cinco zonas bien diferenciadas en distintos sectores de la pared y del techo. Las especies más representadas en El Pindal son el bisonte, seguido del caballo y la más escenificada es la cierva y los más excepcionales el mamut y el pez.
Cien años después de su descubrimiento en 1908, las pinturas y grabados de esta cueva fueron incluidos en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, formando parte de la declaración Cueva de Altamira y Arte Rupestre Paleolítico de la Región Cantábrica.
Visitas: Cierra los lunes y los mates y hay que solicitar cita previa para su visita, a fecha de hoy. Hay un centro de interpretación.
Abandonamos el complejo San Emeterio y vamos a la Punta del Cabo San Emeterio para visitar el faro del mismo nombre, dentro del Paisaje Protegido de la Costa Oriental Asturiana.
Está situado sobre la punta del Cabo San Emeterio, dentro del “Paisaje Protegido de la Costa Oriental Asturiana”. No está autorizada la visita. Puertas cerradas.
Seguimos nuestro recorrido por la carretera un tramo relativamente corto; giramos a nuestra derecha por un camino amplio que nos llevara otra vez a la maravillosa costa asturiana. Buenas vistas sobre los acantilados y con gran número de dolinas. Estamos enfrente del Mirador del Picu de Pimiango. Toca subir hasta el mismo.
Después de visitar estos acantilados tan bonitos, iniciamos la subida hasta el lugar de inicio. Por sendas estrechas no bien definidas y después por una senda recién desbrozada, bordeando una dolina y continuar ascendiendo poco a poco, con algunos zigzags.
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