Fervenza |
Disfruta del paisaje que ves a cada paso y respeta la flora
y fauna del lugar. Valora tus limitaciones y las de tus acompañantes, especialmente
si son niños o personas de avanzada edad, se deben evitar las distancias largas
y los lugares peligrosos.
El calzado es el
elemento más importante del caminante. Debe ser cómodo, de suela de goma,
resistente, bien ajustado al pie y que proteja los tobillos, como deportivos o
botas de trekking. En muchas ocasiones encontraremos senderos cubiertos de
maleza, intransitables por lo que deberemos improvisar recorridos alternativos
(campo a través).
La ropa debe ser floja y cómoda: pantalones de fibras
naturales (algodón, lana o pana), largos si caminamos por senderos con plantas
espinosas; camisetas flojas y de algodón; un jersey, un chubasquero o anorak y
un sombrero o visera si hace calor. Existe variedad de ropa apropiada y a buen
precio en el mercado.
Lleva siempre el menor peso posible en la mochila, aunque
es recomendable llevar algunos elementos básicos que pueden ser de utilidad: productos
para picaduras de insectos, arañazos o pequeñas heridas, navaja, cantimplora,
bolsas para desperdicios, pañuelos de bolsillo, papel higiénico. También pueden
ser útiles los prismáticos y la cámara fotográfica.
Los alimentos más adecuados para estas rutas son: fruta,
frutos secos, chocolate y galletas. La bebida más recomendada es agua, pero
también puedes beber zumos o refrescos.
No olvides los mapas, guías turísticas, datos relevantes de
la zona y el compás para orientarte sobre el terreo y localizar los lugares de
interés que quieras visitar a lo largo del camino. Es importante conocer las
previsiones meteorológicas y horas que
faltan para anochecer.