Viernes, 18 de abril de 2014. Estuve en “O Pindo”. Guardaba una imagen diferente a la de hoy. Un macizo granítico, de formas variopintas, piedras que despiertan la imaginación. Incluido en el LIC (lugar importancia comunitaria) junto con la playa de Carnota, en la ría de Corcubión y que abarca los ayuntamientos de Dumbría, Mazaricos y Carnota. Se le conoce como el Olimpo Celta. Muchísima nieble, espesa, como si los dioses se sintieran ofendidos por el desastre ecológico, avergonzados.
Iniciamos el recorrido en el bonito lugar de “O Pindo” en subida pronunciada entre rocas graníticas, de formas caprichosas y sorprendentes, hasta “A Moa” (629 m), punto más alto con ubicación del vértice geodésico. En la roca de “A Moa” son visibles hendiduras y huecos, como si fueran cuencos y se denominan “As Pías da Moa”. Y qué decir de las espectaculares vistas. Maravilloso lugar. Hasta llegar “A Moa” salvamos lugares como Fonte Salgueiriño, O Castro, A Reina Lupa y el Alto das Cortes. Continuamos nuestro camino, descendiendo hasta el lugar de Fieiro para cruzar el embalse de Santa Uxía en busca del mirador del Ézaro con vistas panorámicas sobre la desembocadura del río Xallas (también llamado Ézaro) y perteneciente al ayuntamiento de Dumbría. Proseguimos hasta la cascada del Ézaro, donde el río vierte sus aguas en el Océano (40 metros de caída), con menos espectacularidad por el embalsamiento de las aguas, para aprovechamiento eléctrico y que los ciudadanos pagamos a precio de oro. Diecisiete kilómetros de recorrido por un lugar desnudo, arrasado por el fuego. El Monte Pindo sucumbe a la voracidad de los incendiarios. Lo que mejor refleja lo que pasó en el verano de 2013, es corroborado en el día de hoy:“destrucción”. El Olimpo celta, el monte sagrado gallego, impasible, lleno de deidades y magia, superviviente histórico, ha sucumbido a la voracidad del fuego. Me siento triste, muy triste. VER TRACK DE LA RUTA