Situadas en el Bierzo Alto (suroeste de la comarca del Bierzo) en los términos municipales de Carucedo y Borrenes y límite con Puente de Domingo Flórez.
Las razones objetivas para considerar a este paraje patrimonio de la humanidad fueron ser la mayor mina a cielo abierto de todo el Imperio romano, así como los grandes cambios que esta actividad ocasionó a sus habitantes en el noroeste de la península desde la época romana y la utilización posterior.
En la decisión también hubo opositores, especialmente Tailandia al considerar que este paraje no merecía esta distinción al ser consecuencia de una actividad minera destructora y negativa para el ser humano y además supuso un grave perjuicio en la protección medioambiental. Finlandia y Alemania fueron de opiniones parecidas.
Se calcula que se empezó a trabajar en la zona en la época del emperador Octavio Augusto entre los años 26 y 19 a.C. Antes de los romanos hubo actividad extractiva.
Plinio el Viejo fue en su juventud el administrador de las minas y aseguraba que se extraían al año cerca de 20.000 libras de oro, aproximadamente 1.635.000 kilos. En las minas trabajaron, según Plinio, más de 60.000 obreros, pero los últimos estudios aseguran que serían entre 10.000 y 20.000 hombres.
Quizás para tener una visión más completa de este lugar, realizamos la ruta Senda Perimetral de las Médulas. Ruta circular en sentido contrario a las agujas del reloj que recorre el perímetro de las Médulas. Varias cuevas se localizan en esta senda, así como el mirador de Predices y el de Orellán, así como las galerías de Orellán (si se quieren visitar, previo paso por caja).
Información bastante completa de la actividad minera de los romanos, la belleza del lugar con colinas rojizas cargadas de vegetación verde formadas por el movimiento y los corrimientos de tierras que hicieron los romanos para extraer el oro.
Un poco más de 12 kilómetros muy interesantes.