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sábado, 26 de marzo de 2022

COUSO - MONTES DE SAN CIBRÁN - ALTO DE PADRAN - TIERRAS DE SALCEDA DE CASELAS Y PONTEAREAS (PONTEVEDRA)

Mirador de Pé de Porras - Montes de San Cibrán (Pontevedra)
El pueblo de Couso, ubicado en la parroquia de Guláns, en el concello de Ponteareas. Es el lugar de inicio de nuestro recorrido por los montes de San Cibrán.
Couso se encuentra en un valle a unos 300 metros de altitud rodeado de montes, orientado al norte, y con salida natural siguiendo la carretera que va a O Confurco, comunicándonos con la N-120. Por el extremo sur llegamos al alto de San Martiño y tenemos una fuerte bajada hacia el resto de la parroquia de Guláns. Por los dos extremos está a 2,5 kilómetros de infraestructuras de comunicación importantes. Por el este y por el oeste, rodeado por los montes de 425 metros de altitud, aproximadamente, entre los que se encuentran los montes Penedos de San Cibrán.
En Guláns en tiempos pretéritos había afamados músicos, llegando a tocar en las fiestas de verano en tierras de Ourense. Fui testigo.
Caminamos siguiendo trazados de la GR58, Sendeiro das Greas, la PR-G 132 Ruta dos Montes de San Cibrán, pasando por los emblemáticos puntos con vistas sobre los valles. Se agradece la recuperación que se está llevando de este espacio afectado por los grandes incendios forestales.
Recorrido interesante. Una parada en el Observatorio Nocturno de San Cibrán con su área recreativa. Destaca El mirador de San Cibrán de Guláns se une al proyecto de miradores pertenecientes a la red O Condado-Paradanta. Los miradores de esta red son una estructura cuadrangular de cemento con elementos decorativos. En la entrada de acceso al mirador, a mano derecha, veremos un conjunto de piedras que conforman un monumento megalítico conocido como Penedo Pé de Porras. Además, sobre una gran roca está ubicado un banco de madera con vista fantásticas sobre la comarca del Condado y el valle de río Tea.
Pero, además hay vistas sobre A Serra do Suido, A Picaraña, Ponteareas, A Franqueira, San Nomedio e incluso sobre los montes de nuestro vecino Portugal.
Seguimos camino con destino al Castro de San Cibrán, su Ermita y su preciosa área de esparcimiento A Picoña. Sorprenden los bolos gigantes. Lugar de escalada.
La ermita pertenece a la parroquia de Guláns (Ponteareas), pero parte del área recreativa está en suelo de Salceda de Caselas, en A Picoña. Así pues, las dos parroquias celebran la fiesta juntos, pero con actos separados. Sólo la misa es única para las dos. La iglesia se haya en medio de grandes rocas, de las que llama la atención una por su exagerado tamaño. En los alrededores podremos disfrutar de su área recreativa, así como de las grandes vistas de los valles del Tea y concellos limítrofes. Las fiestas en honor al Santo la celebran las dos parroquias el mismo día: El último domingo de mayo y el día de San Cibrán que se celebra el 16 de septiembre. Ambos días se realizan grandes romerías.
Seguimos camino en busca del vértice geodésico Alto de Padrán, que está al sur este del de San Cibrán, que se ubica sobre una roca, al lado de unos mojones y una caseta de piedra en la que hay un columpio. Buenas vistas desde este lugar.
Continuamos camino y pronto nos encontramos con un mirador natural en el que se ubica un banco de madera. Merece la pena su visita. Vistas sobre esta parte de la comarca.
Como tenemos que regresar a Couso, pronto giramos en dirección al área recreativa Poza do Cabalo. Caminamos por la GR-58 pausadamente, disfrutando durante un buen rato. Abandonamos la GR-58 y giramos a nuestra derecha. Tenemos una subida en zigzag que nos llevará hasta A Chan de Melo en la que está el área recreativa de Couso.
En poco tiempo llegamos al inicio del recorrido. Un poco más de 12 kilómetros fáciles y entretenidos por tierras pontevedresas de Ponteareas y Salceda de Caselas.
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sábado, 15 de febrero de 2020

UNA VISITA A LA PARROQUIA DE SAN XIÁN DE GULÁNS

San Xián de Guláns es una parroquia del Concello de Ponteareas. Nunca había estado en Guláns, pero si me sonaba la Banda Unión de Guláns. Actúa en las fiestas típicas de Galicia. 
El tres septiembre de 2010 en El País, edición Galicia, Carlos Prego en su reportaje titulaba: “El Mayor conservatorio del mundo. En Guláns (Ponteareas) todas las familias tienen algún músico entre sus miembros”. Esta parroquia de músicos motivó a un recorrido por la misma. 
El artículo de El País de Carlos Prego: 
"Será cosa de la genética". Es la única explicación que Alicia Porto encuentra a que, durante cuatro generaciones seguidas su apellido haya ido ligado a la banda de música A Unión de Guláns (Ponteareas). Maximino Porto, su abuelo, fue bombardino en 1920; Constante, su padre, brilló como clarinete solista en los 50; y ahora ella inculca la pasión por la música a su sobrino desde la dirección de una de las bandas más longevas de Galicia. El chico promete y presagia otras tantas generaciones de músicos. 
El caso de los Porto no es único en Guláns. Los Soto, los Carracedo, los Groba... Se suman a una lista que inició en 1870 el fundador de la banda, José Carracedo, y que ha pervivido desde entonces con el único parón de la Guerra Civil. Entremedias, las calles de esta pequeña parroquia de Ponteareas han visto crecer como músicos a Rogelio Groba, fundador de la Orquesta de A Coruña, o el flautista de la Real Filharmonía de Galicia Luis Soto. "En Guláns pasa lo mismo que en Austria, el 80% de la gente es capaz de leer una partitura", apunta Soto. 
La tesis de Alicia la apoya también Anxo Porto, vicedecano de la Facultad de Ciencias de la Educación de Santiago y antiguo clarinetista de A Unión: "Mi padre tocaba el trombón y tenía muy buen ritmo. Tamborileaba sobre la mesa cada vez que escuchaba la radio y eso nos fue quedando a mí y a mis hermanos". Que esa lactancia musical no prospere en todos los casos se debe, según Soto, a que "la música no siempre se vio como un medio de vida real, sino como un sobresueldo" 
Las dificultades fueron más de las que son. Anxo Porto recuerda todavía el caso de Constante Porto, clarinetista principal, que llegaba cada enero con los dedos quemados por destilar aguardiente. "Los músicos nuevos creían que no podría tocar, pero lo cierto es que era un clarinetista excepcional, con muy buena técnica y sonoridad". Eran los años en los que los ensayos se suspendían durante los meses de más trabajo y los instrumentos y uniformes pasaban de padres a hijos con su rosario de remiendos. "Los instrumentos se aprovechaban muchísimo. Se ataban con gomas, se llevaban al ferreiro para que los soldase... Se hacía lo imposible para que durasen". El suyo es un caso ejemplar: cuando empezó, en los años 60, su abuela tuvo que vender un pino por 5.000 pesetas para comprarle un clarinete de 3.000. "El instrumento estuvo 15 años cambiando de manos hasta que conseguí recuperarlo", comenta. 
Las ganas siempre pueden más que la necesidad y muchos músicos consiguieron prosperar tirando de ingenio. "Los jóvenes se iban a la mili para adquirir formación musical. Allí pasaban dos años rodeados de músicos profesionales y ensayando a tiempo completo", comenta Anxo Porto. Incluso Rogelio Groba empezó sin más instrumento que sus propios labios y la memoria que más tarde le permitía silbar melodías como si las leyese en un pentagrama. Era él el encargado de recordarle el repertorio a los gaiteiros y marcar el tono de afinación. 
En 140 años de historia son infinitas las anécdotas acumuladas. Porto recuerda que el nombre inicial de la agrupación era Banda de Guláns hasta que, en 1935, el director José Carracedo rotuló un cartel con el nombre de A Unión. La decisión levantó polémica sobre si se debía usar A Unión o La Unión. Memorable es también la fragmentación en dos de la banda, en 1947, cuando convivieron en la parroquia A Unión y La Reconquista de Guláns. Dos bandas para una parroquia que podría alimentar a otras tantas, pero que al final volvieron a integrarse en una sola: A Unión de Guláns. 
"Cada banda tiene sus propias características y la de Guláns siempre destacó por sus maderas", apunta Anxo Porto. Quien fue clarinete de la banda recuerda el "tono brillante" de sus melodías, que le impedía acompañarse de piano pero que le daba "una sonoridad propia". Anxo tiene el mérito de ser además el sobrino nieto del primer gulanés que partió a Salceda para aprender solfeo y volvió a la parroquia con aquella innovadora herramienta que ahorraba horas y horas de memorización de las partituras. 
Viva como en su primer día, A Unión de Guláns tiene en la actualidad 50 músicos y una academia con banda juvenil propia y escuela para mayores. Miguel Porto, su actual presidente, y a quien la tradición musical le arranca en su bisabuelo, tiene claro cuál es el secreto del buen estado de salud de la agrupación: "Las cerca de 30 actuaciones anuales y las parroquias en las que llevamos tocando todos los años desde hace dos décadas". Entre los más jóvenes del lugar hay quienes ya han echado a volar por su cuenta y recorren Galicia de verbena en verbena con la charanga SDK, compuesta por músicos con una media de edad de 16 años".

sábado, 11 de enero de 2020

SERRA DO GALLEIRO - AS PEGADAS NAS PEDRAS


La sierra O Galleiro es un cordal montañoso situado al este del ayuntamiento de Vigo perteneciente a los ayuntamientos de Mos, Pazos de Borbén y Ponteareas. Se extiende de norte a sur, con dos vertientes. La vertiente oeste regada por el río Louro y la del este por el río Tea. Su cota más alta está a 752 metros sobre el nivel del mar. 
En esta segunda visita al Galleiro obviamos la subida a la zona más alta, buscando fundamentalmente las espectaculares vistas de la ría de Vigo, el valle del río Louro, Redondela, las Cíes, la isla de Torralla. Lugar natural, salvaje que tampoco evitó la lacra del fuego. Hay caballos salvajes. Lugar ideal para caminar. 
En nuestro recorrido coincidimos con una parte del roteiro arqueolóxico As Pegadas nas Pedras, inaugurado recientemente que facilita la visita a los gravados rupestres de las parroquias de Mos y Louredo. A esta zona de la sierra O Galleiro, los vecinos de estas dos parroquias llaman monte Saramagoso. Seguirán publicando información relacionada con el patrimonio arqueológico de ambas parroquias. 
La presentación de As Pegadas nas Pedras fue en el interior de la capilla de San Gregorio. Este santo nació en uno de estos altos de O Galleiro (nun Outeiro) hace 4.000 años y dejó sus pegadas en las piedras. 
Bonito, fantástico día de monte. Iniciado en la parroquia de Louredo, al lado del restaurante O Cruceiro, circular de un poco más de catorce kilómetros. Interesante.