Jueves, 25 de junio de 2015
Alexis Tsipras se quejó de los acreedores internacionales al
rechazar las medidas económicas que el país está dispuesto a poner en marcha, a
cambio de ayuda financiera.
Alexis manifestó que no hay interés en llegar a un
acuerdo, o que se están defendiendo intereses especiales o particulares.
Grecia ha llegado hasta aquí con fuertes medidas
restrictivas que no han servido para nada. Existen fuertes discrepancias entre
los acreedores y Atenas en materias de impuestos a las empresas, el impuesto
del valor añadido y la reforma de las pensiones.
Lo que está claro es que Grecia está al borde del
precipicio. Se pide más dureza en el recorte de las pensiones y subida del iva
(el impuesto más injusto). ¿A quien se
defiende?
Pero el tema de fondo, el fundamental, es la
reestructuración de la deuda. Tsipras busca un compromiso de pago asumible. Se
está negociando el drama del pueblo griego.
Está claro que los negociadores no harán concesiones a
este gobierno heleno, por la proyección que pudiera tener en otros paises (por
ejemplo en España, con Ciudadanos y Podemos). Cuanto peor, mejor.
El comisario Pierre Moscovici dijo que el pacto está al alcance de la mano y pidió responsabilidad política y el señor de Guindos
manifestó que se reunirán cuantas veces haga falta para llegar a un acuerdo.
Hoy no hubo acuerdo aunque se prevé que las
conversaciones continúen el próximo sábado.
El gobierno Tsipras, sea cual sea el acuerdo, tendrá
duras criticas.
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