Domingo, 13 de marzo de 2016. Hemos
vuelto al Ayuntamiento de Oia, a la Sierra de A Groba que discurre por los
ayuntamientos de Baiona, Oia y O Rosal, orientada de norte a sur. Caminar por
este paraje gratifica y ofrece diversos recorridos, según preferencias. El
Camino de Santiago y la Ruta Máxica de Oia, son dos ejemplos, sin
olvidarnos del Sendero de As Greas.
La Asociación Naturalista do Baixo Miño junto con la Asociación
Cultural dos Amigos do Mosteiro de Oia con la ayuda de la Universidad de Vigo
fueron los artífices de la Ruta Máxica de Oia. Diez miradores naturales, varios conjuntos de
petroglifos, lugares de interés ambiental y dos castros se contemplan en un
recorrido de 20 kilómetros lineales que transcurre entre los 100 y los 300 metros
sobre el nivel del mar. Señalizado en las dos direcciones, pero se recomienda
hacerlo de sur a norte. El grado de dificulta es bajo.
Realizamos un recorrido circular utilizando parte de la Ruta Máxica y un pequeño tramo del Camino
Portugués de Santiago. Nuestro inicio y final fue en Viladesuso. Un poco menos de
quince quilómetros fantásticos. Compañero inseparable en todo el trayecto: el
océano Atlántico.
A destacar:
Viladesuso: La parroquia de
Viladesuso fue en tiempos un barrio importante de Mougás que contaba con ermita
propia dedicada al Santo Ángel Custodio. Una vez que se independizó como
parroquia a finales del siglo XVIII se empezó a edificar el templo actual en el
sitio de la antigua capilla. La nueva iglesia se instituyó bajo el patronazgo
de Arcángel san Miguel. Consta de una sola nave y esbelta torre-campanario de
cuerpo cuadrangular. La fachada principal, muy simple, se dispone a modo de
frontón coronado por cruz y flaqueada en los extremos por dos especies de
pilastras acabadas en pináculos con bolas. (Fuente Turismo de Galicia).
Petroglifos A
Pousadela: En Pedornes podemos encontrar algunos de los petroglifos más
destacados de Oia, como la superficie con la única embarcación de la antigüedad
representada en los petroglifos gallegos de Auga dos Cebros. Otros elementos
destacados de esa zona son la escena de caza de Pedra do Cazador o la de
motivos geométricos de Pedra dos Chetos.
Petroglifos A Pedreira: Situados en el
mirador de A Riña, desde donde hay una panorámica excelente sobre la ensenada y
el monasterio de Oia. Son un conjunto de enigmáticos petroglifos prehistóricos
a base de líneas y cazoletas fácilmente visibles.
Monasterio de Santa
María de Oia: Es el auténtico emblema del ayuntamiento y de la costa suroeste
de Galicia, es sin duda el reclamo turístico cultural más importante del
ayuntamiento y visita obligada para todo aquel que venga a Oia. Está situado en
la ensenada de Oia, donde según algunos historiadores ya existía un castillo.
El monasterio se fundó en el año 1137 y en el residirían os monjes
de la comarca bajo la tutela de Alfonso VII de Castilla. La riqueza del
monasterio se debió principalmente a las generosas donaciones reales, contando
con privilegios sobre la representación de las parroquias, impuestos por botar
navíos al mar, sobre la pesca con red, la explotación de prioratos y granjas a
ambas orillas del río Miño.
El monasterio fue regido por 140 abades desde 1137 hasta 1835.
Nació como una congregación austera bajo la sencillez dictada por San Bernardo,
buena prueba de ello es la simplicidad en sus formas arquitectónicas que aún
nos muestran os rígidos cánones de Clara val. Su cabecera está formada por una
capilla central y los brazos del crucero rematan en dos capillas, de menor
altura las más exteriores y de mayor altura que la central, mostrándonos una
construcción escalonada. El coro está datado en el siglo XVI y del mismo
procede la sacristía. El claustro fue finalizado el último tercio del año 1500.
La fachada fue reconstruida en 1740 según se lee en la inscripción sobre la
puerta de acceso al templo, la anterior fachada probablemente sería idéntica en
formas a la de Santa María de Baiona.
El aspecto del monasterio sugiere el de una fortaleza asentada a la
orilla del mar. En diversas ocasiones ejerció de bastión defensivo del reino,
ante las constantes incursiones portuguesas y los innumerables ataques da
piratería. Mantenían personal armado con arcabuces y disponían de varias piezas
de artillería. El capitán general del Reino de Galicia ordenó en el año 1621
que el capitán y el alférez al mando de las fuerzas vigilantes de aquellas
costas, residiesen en Oia y que nunca abandonasen el monasterio.
Con la desamortización de Mendizábal, en 1835, finaliza la historia
del monasterio como tal después de casi 700 años; pasó a convertirse en iglesia
parroquial en 1838 tras la separación de Oia de la parroquia matriz de
Pedornes.
En 1912 fue ocupado por los jesuitas expulsados de Portugal, que
permanecieron allí hasta 1932, cuando el gobierno republicano nacionalizó los
bienes de la Compañía de Jesús. Inmediatamente después fue campo de
concentración durante la guerra civil.
(Fuente: Ayuntamiento de Oia)
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