En los contenciosos comerciales entre países, siempre emerge un beneficiado. ¿puede ser un país bric? Seguramente sí. India.
Estados Unidos tiene problemas. Su deuda le atenaza. Intensificó el conflicto comercial desde el año 2024, fundamentalmente con su gran rival, China. El flamante presidente intenta aplicar nuevos aranceles del 100% y del 50% a vehículos y tecnología respectivamente. Tampoco se salvan de la tarifa arancelaria productos solares y semiconductores.
Son momentos de intensa lucha arancelaria, entre las dos economías más importantes del planeta, que tendrán impactos muy negativos para los implicados y el resto de actores secundarios. Penalizará a todas las economías a corto y largo plazo. Dos grandes placas tectónicas que se están reacomodando con nuevos equilibrios. Ahí está el gran potencial de la India para cambiar las dinámicas comerciales. Un bric.
En el corto plazo, en el país del Tío Sam, los aranceles impuestos por Donald Trump tienen consecuencias negativas. Empresas y consumidores se enfrentan a un incremento en los precios de insumos y para el consumidor final. Los aranceles son impuestos que gravan las importaciones de bienes y servicios. Pensemos en componentes electrónicos, automotrices, incluso bienes de servicio que experimentarán un aumento de precio en poco tiempo.
Y es que las cadenas de suministro, a nivel global, están muy engrasadas, interrelacionadas y con gran especialización. Una política agresiva con aranceles provoca grandes deficiencias y problemas a las empresas que tienen que asumir mayores costes y buscar fuentes alternativas con urgencia. No es fácil.
La República Popular China respondió con rapidez imponiendo aranceles a las exportaciones de los Estados Unidos, aplicando cirugía de precisión: aranceles a productos agrícolas y a la tecnología, agravando las dificultades de sectores muy importantes estadounidenses. Ya no estamos a finales del siglo XIX. Más países juegan y reparten cartas.
El combate arancelario, con tinte de chantaje por parte de los EEUU, aumentó la volatilidad en los mercados financieros de todo el mundo. Grandes caídas de los índices bursátiles después de cada anuncio. La tabla de la ley arancelaria. Surrealista.
La confianza de los inversores está en mínimos, anticipando una menor rentabilidad de las empresas y un crecimiento económico menor. Los expertos en economía vaticinan una recesión en el corto plazo si se mantienen las tensiones comerciales de forma prolongada.
Un contencioso arancelario entre Estados Unidos y China, en el largo plazo, generar grandes cambios estructurales en la economía de todo el mundo. EEUU intenta desvincularse de manera importante de las cadenas de suministro chinas, especialmente de los sectores manufactureros y tecnológicos para reducir vulnerabilidades económicas. No es muy seguro que tenga éxito, pero si lo tuviera, sería a cambio de una fragmentación de la economía global. La fragmentación reducirá la productividad global porque los países perderán eficiencias asociadas con la especialización y a las economías de escala, íntimamente vinculadas con las redes comerciales integradas.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) dice que una desvinculación económica entre China y EEUU, reducirá el Producto Interior Bruto global en casi un 7% a largo plazo. Y nos llevará a una división del comercio global en dos bloques separados. El resto de países redefinirán sus alianzas estratégicas con China o Estados Unidos.
A pesar de las consecuencias negativas para la economía de todo el mundo, India parece bien posicionada para sacar provecho y beneficio de las fuertes tensiones comerciales.
La República de la India es un gran mercado alternativo, importantísimo para los grupos multinacionales que tratan de diversificar sus operaciones comerciales. Estamos hablando de una población cercana a los 1.430 millones de personas. Empresas que ya están en China, pueden buscar mercados en la India.
India ofrece costes laborales competitivos, un grandísimo mercado de consumidores, buenas facilidades para hacer negocios y quizás una mejor sintonía para una alineación geopolítica favorable hacia los EEUU. El gobierno indio ofrece programas de incentivos vinculados a inversiones extranjeras en farmacia, electrónica y en componentes de automoción.
India puede ser un aliado geopolítico de las economías occidentales, lo que refuerza su atractivo como socio comercial estratégico, incrementando significativamente el acceso a los mercados de occidente.
Oportunidades sectoriales en la India:
- Alta tecnología y manufacturo de electrónica (Apple se está expandiendo su producción en la India).
- Industria farmacéutica (líder mundial en fabricación de medicamentos genéricos).
- Tecnología de la información (seguridad de los datos y neutralidad política).
- Industria de componentes para la automoción.
- Sector textil.
Empresas indias bien posicionadas para crecer en el futuro:
- Dixon Technologies, especializada en servicios de fabricación electrónica, ha ampliado rápidamente su capacidad de producción y se está convirtiendo en un socio clave para las marcas tecnológicas globales.
- El Grupo Tata, con intereses diversificados que abarcan la automoción, la electrónica y el acero, se beneficiará considerablemente de la reestructuración de la cadena de suministro global.
- Samvardhana Motherson, fabricante líder de componentes automotrices, está bien posicionado para satisfacer la creciente demanda de los fabricantes de automóviles internacionales que buscan proveedores no chinos
- Las farmacéuticas Sun Pharma y Dr. Reddy's Laboratories experimenten una mayor demanda de los mercados occidentales que buscan reducir su dependencia de los ingredientes de farmacia chinos.