Fuente noticia: lexnova |
El informe que acaba de publicar el Banco de España
contiene el análisis sobre la situación actual y las perspectivas de la
economía española para los años 2013 y 2014 llevado a cabo por su Servicio de
Estudios tomando como base para su elaboración, la información disponible hasta
el 14 de marzo.
Como ha venido sucediendo a lo largo de la crisis, el
escenario macroeconómico de las proyecciones que realiza el Informe del Banco
de España sigue caracterizado por una contracción de la demanda nacional,
únicamente contrarrestada por la contribución positiva del saldo neto exterior.
La debilidad de la demanda nacional, a su vez, es el
resultado de la prolongación de la senda decreciente tanto de su componente
público como del privado. En particular, el consumo de los hogares seguirá
acusando la fragilidad del mercado de trabajo y el impacto de la consolidación
fiscal sobre sus rentas reales, en un marco en el que su elevado nivel de
endeuda- miento seguirá detrayendo recursos de los presupuestos de las familias
y dejando poco margen para el ahorro bruto, cuyo peso en la renta disponible
bajará por cuarto año consecutivo.
Posteriormente, la mejora de la actividad en 2014, y en
particular el aumento de la capacidad productiva de aquellos sectores más
beneficiados por el dinamismo de las exportaciones, permitirá una recuperación
gradual de esta variable.
En el ámbito del comercio exterior, se espera según el
Banco de España una aceleración progresiva en la senda de crecimiento de las
exportaciones de bienes y servicios a lo largo del período de proyección,
basada en la recuperación gradual del dinamismo de los mercados
internacionales.
Además, se prevé que el ritmo de avance de las ventas al
resto del mundo supere al de los propios mercados, en una cuantía similar a la
de los últimos años, como reflejo de la continuación de las mejoras de
competitividad de la economía española y, sobre todo, del aumento de la base
exportadora, ya que la atonía del mercado interno seguirá impulsando un
incremento de la fracción de la producción interna destinada a la exportación.
El comportamiento favorable de las ventas al exterior,
junto con el retroceso de las importaciones provocado por la debilidad de la
demanda nacional, dará lugar a una contribución del saldo neto exterior en 2013
algo superior a la registrada en 2012. En 2014, esta aportación se moderará por
el efecto de la recuperación paulatina de las compras en el exterior, en línea
con la evolución más positiva de la demanda final.
El paro en 2013 llegará al 27,1%, reduciéndose en 2014 al
26,8%
El descenso del PIB en 2013 llevará aparejada una reducción
notable del empleo —del 3,8 %—, determinada, en parte, por el marcado efecto
arrastre del negativo comporta- miento de la ocupación en el tramo final del
año pasado. En 2014, la tasa de destrucción de empleo se moderaría
sustancialmente y, de hecho, en el curso del año se iniciaría la creación neta
de puestos de trabajo en la economía de mercado. Esta proyección para el empleo
se traduciría, a pesar del previsible descenso de la población activa, en
aumentos adicionales de la tasa de paro a lo largo de 2013, que se corregirían
ligeramente en 2014, año en el que se espera que esta variable presente un
perfil trimestral descendente.
Dada la trayectoria proyectada para el empleo, el Banco de
España espera un repunte adicional de la tasa de paro en 2013, hasta alcanzar
el 27,1% de la población activa, antes de descender a lo largo de 2014, hasta
situarse, en el promedio del año, en el 26,8 %.
En el sector público se espera una intensificación de la
caída del empleo en el presente ejercicio, en línea con los planes aprobados
por las distintas Administraciones: en 2014 se prevé una evolución divergente
entre el empleo público, sobre el que continuaría el ajuste a la baja, dadas
las necesidades de consolidación fiscal.
Según el Banco de España “este escenario central se ha
construido bajo el supuesto de que la reforma laboral aprobada el pasado año
siga ejerciendo un efecto moderador sobre los salarios, de intensidad similar a
la observada hasta el momento. Un mejor aprovechamiento de las posibilidades
que ofrece la nueva legislación laboral para adaptar los salarios al tono de
extrema debilidad del mercado de trabajo podría tener, sin embargo, un
importante efecto moderador adicional de la senda de destrucción de empleo que
se ha descrito.”
Asimismo, la adopción de medidas adicionales en este
terreno o actuaciones más decididas en el ámbito —más amplio— de las reformas
estructurales permitirían crear unas condiciones más favorables para el
crecimiento económico, lo que facilitaría una reducción más rápida del
desempleo.
En cuanto a las proyecciones de remuneración por asalariado
incorporan un cierto aumento de la sensibilidad de esta variable a las
fluctuaciones de la actividad económica y de la inflación, en línea con las
señales observadas recientemente, lo que se traduce en una mayor moderación
salarial.
A ello contribuye también el hecho de que la mayor parte de
los convenios vigentes a lo largo del horizonte de proyección habrán sido
firmados con posterioridad a la entrada en vigor de los dos Acuerdos para el
Empleo y la Negociación Colectiva, suscritos, respectivamente, en enero de 2010
y en febrero de 2012, de modo que la proporción de convenios referenciados al
comportamiento corriente de la inflación es cada vez menor.
En este contexto, se prevé que el crecimiento de la
remuneración por asalariado en la economía de mercado evolucione a tasas del
0,7 % y del –0,4 % en 2013 y 2014, respectivamente. A la hora de interpretar la
previsión de 2013 debe tenerse en cuenta que esta tasa incorpora el impacto
sobre el componente de cotizaciones sociales derivado del aumento de las bases
máximas de cotización, de modo que, una vez descontado este efecto, el aumento
salarial sería del –0,1 %. Dado el ritmo de avance proyectado para la
productividad del trabajo, los costes laborales unitarios en la economía de
mercado continuarían descendiendo en 2013 y 2014 a tasas en el entorno del 1,5
%, algo menores que las observadas en el bienio precedente. La moderación de
los costes salariales privados constituye un ingrediente crucial para la salida
de la crisis, pues es necesaria para el avance del ajuste exterior de la
economía.
Por lo que respecta a la inflación, la disminución
adicional de los costes laborales unitarios proyectada para los dos próximos
años, junto con la moderación de márgenes resultante de la débil demanda,
determinará que, en ausencia de nuevos incrementos impositivos o de los precios
de los bienes y servicios regulados, los precios de consumo avancen a tasas
moderadas: del 1,8 % y del 1 % en 2013 y 2014, respectivamente.
En el terreno de la política fiscal, una definición
temprana y con un horizonte de medio plazo de las medidas necesarias para
mantener una senda de reducción sostenida del déficit y la aplicación estricta
de los mecanismos introducidos en la nueva ley de estabilidad presupuestaria
para la identificación y corrección oportuna de posibles desviaciones en los
planes presupuestarios aumentarían la confianza en el éxito del proceso de
consolidación fiscal. Del mismo modo, la culminación de las distintas etapas de
la reestructuración del sistema financiero podría tener un efecto positivo
sobre la confianza de los agentes y en las condiciones de acceso al crédito de
hogares y empresas.
Por lo que se refiere a la inflación, los riesgos de
desviación se encuentran equilibrados a lo largo del horizonte de proyección.
Por un lado, las presiones inflacionistas podrían ser mayores si el ajuste
fiscal requiriera alzas en los precios regulados o en la imposición in-
directa. Por otro lado, una mayor efectividad de la reciente reforma del
mercado de trabajo, junto con otras posibles reformas estructurales que
aumenten la sensibilidad de los salarios y los precios a la actual posición
cíclica, resultaría en una mayor moderación de la trayectoria de los precios.
Por último, una apreciación del euro por encima de los nive- les esperados
podría contribuir, asimismo, a la contención de precios
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