El sistema financiero desempeña una función capital
como intermediario entre el ahorro y la inversión y en la distribución de los
recursos entre sus demandantes. Su correcto funcionamiento implica una
canalización eficiente de estos recursos y favorece un crecimiento económico
sostenido en el tiempo. Este sistema “engrasado”, en el que cada agente cumple
su misión con un alto nivel de eficacia es la clave de la estabilidad
financiera.
La estabilidad financiera exige el funcionamiento
correcto de una serie de elementos, como el desarrollo de un marco
institucional adecuado, que incluye la política monetaria de los bancos
centrales y la aplicación de políticas macroeconómicas estables, la existencia
de sistemas de pago eficientes, mercados transparentes que transmitan confianza
a los agentes, entidades financieras responsables y la implicación activa de
los consumidores de servicios y productos financieros.
De acuerdo con la Ley 13/1994, una de las
responsabilidades del Banco de España es promover la estabilidad financiera. En
este sentido, el Banco de España actúa en los siguientes ámbitos:
Análisis y seguimiento de los riesgos que pudieran
afectar al sistema financiero español y, en particular, al sector bancario.
Regulación y supervisión de las entidades de crédito
para garantizar su solvencia.
Colaboración con otras autoridades nacionales con
responsabilidades en la materia.
Participación en los organismos internacionales
competentes en la materia.
Fuente: Banco España
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