Debido a la naturaleza de sus operaciones, la banca es
uno de los sectores clave de la economía de un país, pues gran parte del
ahorro, la inversión y la financiación se canaliza a través de ella. Por este
motivo, los bancos están sujetos a una vigilancia especial a través de la
regulación y la supervisión bancaria.
La regulación pública pretende preservar el buen
funcionamiento de las entidades financieras, fortalecer su capacidad de
resistencia ante la ocurrencia de acontecimientos adversos y armonizar los
intereses de las partes directamente afectadas -bancos, ahorradores e
inversores- con los intereses generales.
Por su parte, la supervisión está diseñada con el
objetivo de verificar el cumplimiento de las normas específicas bancarias y, en
particular, las relacionadas con su solvencia, las normas contables que deberán
aplicar los bancos y las normas de protección de la clientela y de
transparencia informativa hacia los mercados. En España, esta función recae
fundamentalmente en el Banco de España.
Fuente: Banco España
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