Galicia, en verano especialmente, celebra numerosísimas fiestas populares con marcado origen religioso. A pesar de las dificultades económicas las aldeas, villas y ciudades luchan para que no desaparezcan este tipo de celebraciones que forman parte del sentir y la cultura del pueblo gallego.
Gastronomía y fiesta en Galicia van unidas. ¡que coza o pote! Abundante y exquisita comida típica, elaborada con productos de la tierra, banda de música para dar la alborada y por la tarde-noche “festa rachada”, a ser posible, con una orquesta de pedigrí.
Junto con las fiestas patronales de ayuntamientos y parroquias, hay otras muy destacadas en las que se exalta productos típicos de la tierra y acontecimientos históricos populares. Citaré algunas:
Festa do pemento en Arnoia (con una organización exquisita), Festa do Viño do Ribeiro, Festa da Historia, Festa do Pulpo do Carballiño, Festa do Pan de Cea, Festa do Peixe de Bande, Festa do Albariño, Festa de Lamprea, Romería do Nazareno en la Pobra do Cramiñal, Festa do queixo en Arzúa, Arde Lucus y San Froilán en Lugo, Festa do marisco en O Grove, Rapa das Bestas en la Estrada, Festa da Auga en Villagarcía de Arosa y el desembarco Vikingo en Catoira. Otras muchas.
Si la memoria no me falla, en el verano de 1989 las orquestas en sus propuestas musicales, tocaban la novedosa música parecida a la cumbia o merengue y baile con movimientos largos y ondulados. Los más atrevidos pronto dominaban estos movimientos cargados de sensualidad. Confieso que nunca he bailado tal ritmo, quizás por mi timidez. Se trataba del ritmo originario de Brasil conocido por “lambada” y que se dio a conocer mundialmente por el grupo “Kaoma” y su famoso tema “Chorando se foi”.
Recordando aquel tema de Kaoma: