Volvemos a los Montes da Paradanta. Este sistema montañoso forma parte de los concellos da A Cañiza, As Neves y Arbo. En el día de hoy caminamos por A Paradanta de A Cañiza.
Y estamos al sur-este de la provincia pontevedresa. Los picos más elevados están próximos a los mil metros. El más alto es Chan do Rey de 955 metros. Le sigue Coto Redondo con 940 metros y O Coto da Vella a 925 metros sobre el nivel del mar y que era nuestro punto de referencia en nuestro recorrido en el día de hoy.
Estamos en una sierra muy abierta, despoblada y de escasa masa arbolada como consecuencia de talas indiscriminadas y los incendios en los últimos años. Añadimos a todo esto el parque eólico.
En determinadas zonas todavía quedan ejemplares pinos, eucalipto y en zonas más húmedas y escondidas carballos y especies autóctonas. Predomina lo típico de la alta montaña que es el monte raso y el matorral.
La vista desde estos montes es fantástica. Disfrutamos de distintas panorámicas sobre el valle del Miño, las montañas del vecino Portugal y de la provincia de Ourense. También en la lejanía la desembocadura del río Miño y las Cíes. Estar en silencio, disfrutar del aire limpio, a veces fresco, a veces tibio es una sensación única, mágica.
A parte de los yacimientos castrexos y de mámoas lo que cobra una relevancia superlativa es la Virgen de A Franqueira con su santuario.
No menos importante para los numerosísimos devotos es O Coto da Vella, lugar en el que se encontró la imagen de la veneradísima Virgen de A Franqueira.
O Coto da Vella es uno de los lugares de los Montes de A Paradanta más visitados por los devotos de la virgen, danto lugar a la tradición secular de su hallazgo y su traslado desde la cumbre hasta el lugar en el que se levantó el santuario para rendirle culto.
En el año 738 se produce la invasión sarracena. Los devotos, por precaución de que fuera profanada la imagen da la Virgen, la ocultaron en medio de unas rocas. Una anciana aprecia un resplandor de luz que le guía hasta la imagen de A Franqueira. (De anciana a Vieja).
Elección del lugar para levantar el santuario: Colocaron la imagen en un carro tirado por bueyes con los ojos vendados. Se construyó el templo en el lugar en los que los bueyes pararon libremente.
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