Miércoles, 01 de octubre de 2014
Tras varios años de crisis con un gobierno socialista desnortado y el actual Gobierno conservador con una política neoliberal depredadora no ha servido para reducir el déficit público. El peso de la deuda pública sigue en aumento en relación con el Pib. Para el año 2015 nuestra deuda estará por encima del 100% de nuestro Producto Interior Bruto, consiguiendo un hito histórico. Tanto sacrificio para nada.
Según se desprende del Proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2015 (PPGE2015), una vez descontadas las amortizaciones que se realicen de la deuda y el crecimiento económico previsto, el ratio DEUDA/PIB se situará en guarismos del 100,3% frente al 97,6% que se estima para el presente ejercicio 2014.
La cartera de deuda (letras) se situará en importes semejantes mientras que las obligaciones y bonos aumentarán ligeramente. Se emitirán en torno a 242.765 millones de € (brutos) con un endeudamiento neto de 47.000 millones de €. En 2016 el ratio DEUDA/PIB se situará en 101,5% y en 2017 caerá hasta el 98,5% del Pib, motivado por la financiación del déficit público (cerrará 2014 en el 5,5% del Pib y en 2015 se estima en un 4,2% del Pib).
En el PPGE2015 las partidas significativas de gastos son las pensiones y desempleo (ausencia total de política activa en este apartado) y los gastos financieros de la deuda (35.490 millones de €).
Parece que se recupera un poco el gasto en infraestructuras congeladas desde hace casi seis años y se retoma el crecimiento de la alta velocidad (casi 5.200 millones €). Las previsiones de crecimiento del Pib en un 2% para el 2015 (muy optimista en relación con las economías de nuestro entono), posibilitará la disminución de los costes por prestaciones de desempleo hasta un poco más de los 25.000 millones de € por la creación de empleo.Ojalá se consiguiera un 2,5% de crecimiento Pib
En el apartado de los pensionistas recibirán una subida del 0,25% dentro de un contexto de baja inflación (casi puertas de la deflación). Otros paganos de la crisis son los funcionarios públicos atrapados en una durísima consolidación fiscal con salarios congelados.
Son los de 2015 unos presupuestos pensados para un año de elecciones, adornados con la reforma fiscal (mix fiscal) por el que se espera que las arcas públicas devuelvan a los contribuyentes 6.000 millones de € (2015 y 2016) y 3.000 millones de € a las empresas.