Se distribuyen en la franja de costa que va desde el Pozo Salmorias hasta el río Purón (en su desembocadura).
Estamos ante un paisaje singular, peculiar con acantilados muy abruptos, islotes, playas muy pequeñas o calas, motivadas por la actividad erosiva del agua en un terreno de naturaleza caliza, lo que posibilita la formación de cavidades kársticas.Estos bufones son como chimeneas que se forman en la costa, que unidas a las simas marinas por las que el agua del mar entra con presión formando columnas de agua y aire, que salen al exterior elevándose a gran altura.
Cuando el tiempo es bueno y hay calma marina, el oleaje expulsa por estos respiraderos el aire existente en las galerías inferiores. Con fuerte temporal y gran oleaje se produce el “bramadoriu”, en la jerga local. Este fenómeno natural expulsa al exterior con un ensordecedor ruido quejoso cortinas de agua y aire que, sometidas a presión en las cavidades subterráneas, salen al exterior de forma violenta por las grietas de la tierra.
Nuestro recorrido se inicia en un buen aparcamiento pegado a la N-634, muy cerca del camping del Río Purón. Este aparcamiento también sirve para visitar el conjunto neolítico Peña Tú.
Vamos hasta el pueblo de Puertas de Vidiago (Llanes), cruzando la Nacional N-634 y la línea de ferrocarril Oviedo – Santander; pasamos al lado de la iglesia de Santa María de la Paz de Vidiago, la Casona de Vidiago y próximos al cementerio por un camino muy bien definido.
En poco tiempo pasamos por encima de la A-8 (autopista del Cantábrico). Seguimos por una senda amplia y bien acondicionada que nos llevará hasta unos paneles informativos sobre el Monumento Natural de los Bufones de Arenillas.
Distintas sendas costeras (estrechas, típicas de la costa) nos llevarán a los distintos bufones que hay a lo largo de la costa. Las cavidades tienen diferentes características, definidas por su situación; en función de la época que vayamos y las condiciones del mar, podremos encontrar estos bufones con más o menos actividad. En estos días de julio, apenas había actividad y en algunas se notaba la salida del aire. Si queremos asistir a un “bramadoriu”, tendremos que elegir el estado de las mareas, si es plea o baja mar.
Según las personas de la zona, los bufones despiertan su ira cuando el mar Cantábrico está picado, bravo, especialmente en el otoño e invierno. Y suele suceder, además, con la combinación de la pleamar con marejada.
Cuando los bufones muestran toda su furia, los quejidos se pueden escuchar a varios kilómetros de distancia, como si explosionara el mar. Y según los paisanos de la zona, los fuertes “bramadorius” sirven como previsión del tiempo. Si braman fuerte, hay que preparar leña para el día siguiente.
Nos comentan que son peligrosos si nos acercamos mucho, pues el chorro de agua puede arrastrar a las personas.
Con el mar en calma, los respiraderos se limitan a expulsar aire. Esto fue lo que pudimos comprobar en nuestra visita.
Existe una leyenda: Una vaca cayó en una de estas cavidades un día de mucho temporal marítimo y el bufón enfurecido lanzó por los aires al animal.
Una vez visitado este monumento natural de los Bufones de Arenillas, continuamos el recorrido, en sentido contrario al reloj que nos llevó al inicio de la actividad.
Una ruta sencilla, fácil y súper interesante.
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