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sábado, 4 de abril de 2020

RIESGOS ASOCIADOS A LA RENTA FIJA

RIESGO DE TIPO DE INTERÉS: RIESGO DE PRECIO Y RIESGO DE REINVERSIÓN 
El riesgo de tipo de interés está asociado a las oscilaciones que pueden sufrir el valor de los activos de renta fija como consecuencia de los cambios en los tipos de interés. Tiene dos vertientes el riesgo de precio y el riesgo de reinversión. 
RIESGO DE PRECIO: los cambios en los tipos de interés dan lugar a variaciones en sentido inverso en el valor de los bonos: un incremento en los tipos de interés supone una reducción en el valor de los bonos, y viceversa, una reducción en los tipos de interés trae como consecuencia un incremento de dicho valor. El motivo es que, cuando los tipos suben, las nuevas emisiones que salen al mercado ofrecen una remuneración más atractiva; por tanto, las antiguas sólo se negociarán en la medida en que su precio se reduzca, garantizando al comprador una rentabilidad equivalente a la de las nuevas emisiones. Y a la inversa, cuando los tipos de interés disminuyen, el precio en mercado secundario de las emisiones antiguas subirá. En ambos casos, son los movimientos en la Tasa Interna Rendimiento TIR lo que ajusta el precio. 
RIESGO DE REINVERSIÓN: los cambios en los tipos de interés dan lugar a variaciones en el rendimiento obtenido por la reinversión de los flujos intermedios de caja generados por una cartera de bonos. Tales flujos de caja pueden ser reinvertidos en el momento que se generan, al tipo de interés vigente en el mercado, de modo que, si se produce un incremento en los tipos de interés, aumenta el rendimiento obtenido por la reinversión de los flujos intermedios de caja, y si disminuyen los tipos de interés se reduce tal rendimiento. 
Puede observarse que el riesgo de precio y el riesgo de reinversión actúan en sentido contrario contrarrestándose. Los incrementos en los tipos de interés tienen un efecto negativo sobre el valor de los bonos y un efecto positivo sobre el rendimiento de la reinversión de los flujos intermedios de caja de una cartera. Por el contrario, las reducciones en los tipos de interés tienen un efecto positivo sobre el valor de los bonos y un efecto negativo sobre el rendimiento de la reinversión de los flujos intermedios de caja 
RIESGO DE CRÉDITO 
El riesgo de crédito es el riesgo de que el emisor de un valor no pueda hacer frente a sus pagos, tanto de cupones como de reembolso del principal, o de que se produzca un retraso en los mismos. El emisor puede ser una empresa, entidad financiera, un Estado o un organismo público. 
Cuando el emisor de los valores de renta fija es un Estado, el riesgo de crédito se denomina Riesgo País. En los Estados occidentales es prácticamente inexistente, aunque en algunas ocasiones se han producido suspensiones unilaterales en el pago de los intereses de la deuda pública externa emitida por países en vías de desarrollo. 
En general, en nuestro entorno económico, se considera que las emisiones del Estado son activos libres de riesgo, siempre que se mantengan hasta el vencimiento - si antes de la amortización se venden los valores en el mercado secundario, se obtendrá el precio que el mercado esté dispuesto a pagar en ese momento -. Cualquier emisor privado, por muy solvente que sea, incorpora un riesgo superior al de los valores públicos; por eso, también suelen exigirse mayores rentabilidades. Ese diferencial de rentabilidad que se pide a los valores privados respecto a la deuda pública se denomina prima de riesgo. 
Antes de invertir, es conveniente tener en cuenta la calidad de crédito del emisor. Como hemos expuesto en el capítulo anterior, pueden consultarse el rating, es decir, las calificaciones que realizan las agencias especializadas, sobre la calidad crediticia y fortaleza financiera de las sociedades emisoras, Estados y Administraciones Públicas. 
Estas calificaciones pueden ser sobre el emisor y/o cada una de sus emisiones. 
Hay que tener en cuenta, no obstante, que las calificaciones pueden ser revisadas, suspendidas o retiradas en cualquier momento por parte de la agencia calificadora. 
RIESGO DE LIQUIDEZ 
El riesgo de falta de liquidez se refiere a una posible penalización en el precio obtenido al deshacer la inversión, en el caso de que fuese necesario realizar la venta con rapidez. En casos extremos, podría suponer la imposibilidad de recuperar el dinero en el momento deseado. 
Antes de elegir un activo, hay que recordar que la falta de liquidez es un coste que siempre asume el inversor. 
El concepto de riesgo de liquidez de un bono viene determinado por el spread (diferencial u horquilla) que hay entre el BID (oferta) y el ASK (demanda) de su cotización. 
Un elevado spread significa que el mercado tiene poca liquidez, donde las escasas posiciones de oferta y demanda están lógicamente más distanciadas. Ello afectará al precio por el propio mayor spread y por el mayor rendimiento exigido por el mercado.
RIESGO DE TIPO DE CAMBIO
Está asociado a la posibilidad de una evolución desfavorable de los tipos de cambio. Aparece cuando la inversión se realiza en una divisa diferente a la del país de origen.
RIESGO DE AMORTIZACIÓN ANTICIPADA
Es un riesgo asociado a activos de renta fija que incorporan una opción de recompra o amortización anticipada por parte del emisor. Este tipo de opciones da lugar a la existencia de incertidumbre acerca de los flujos de caja a generar por el activo en el futuro, y a que su potencial de revalorización se reduzca debido al aumento de las probabilidades de amortización anticipada.
Este tipo de riesgo es poco frecuente. La gran mayoría de emisores llegan a su vencimiento y no se amortizan anticipadamente.
RIESGO DE INFLACIÓN
En un entorno de alta inflación, podemos encontrarnos en una situación en la que los rendimientos generados por los cupones no compensen la pérdida de poder adquisitivo generada por la inflación. Es decir, tendrán rendimientos reales negativos.
RIESGO OPERATIVO
El riesgo operativo o de procedimiento deriva de la posibilidad de cometer errores al transmitir instrucciones de compra o venta a las entidades financieras. Es el único riesgo que el inversor puede anular por completo, revisando con cuidado las órdenes antes de transmitirlas al intermediario. Después es necesario comprobar que las ejecuciones se corresponden con las instrucciones transmitidas y la situación del mercado, y realizar un adecuado seguimiento periódico.