Domingo, 24 de mayo de 2015. La
Pista del Marroquí.
Nota: en k 7,98 (+/-) la pista
está cerrada por desprendimiento. Figura aviso de peligro y cerrada con una
valla quitamiedos.
Esta pista debe su nombre al constructor madrileño Augusto Marroquín que subcontrató este camino para dar servicio a las
obras de la línea de ferrocarril Zamora-
Coruña, entre Prado
(Aldea de Barrio) y Toro (Laza).
La Pista del
Marroquí está situada en las
laderas del extremo sur del Macizo
Central Orensano. Empieza en la
estación de Prado (Aldea de Barrio) y continua por Correchouso (Laza), bordeando el curso del río "Cabras"
casi sin desnivel alguno, a pesar de transcurrir por una zona abrupta, hasta
llegar al enlace con la localidad de Toro (Laza).
Por la derecha, en dirección Correchouso - Toro observara
siempre el precipicio sobre el río "Cabras",
mientras que por la izquierda transcurre la vía férrea con
innumerables túneles, que debido a su construcción hicieron "sangrar"
a las fuentes y dejaron el pueblo de Toro que está situado encima de la vía
férrea, sin agua.
Desde el Alto
do Corno (punto que marca el
nivel mas alto de la depresión producida por el curso del río Cabras)
puede divisarse el pueblo de Correchouso en toda su belleza, como perdido al fondo del
cañón de la Armada. El pueblo de Correchouso, rodeado de
hermosos soutos de castaños, (que escaparon milagrosamente de
los incendios del año 2004) cuenta aun hoy con varios "sequeiros" para las castañas. La mayoría de estos soutos
pertenecían la gente de Toro y Camba. En la época de la construcción del
ferrocarril albergó a muchos trabajadores de la vía. De hecho en Correchouso existieron siete "cantinas" e incluso funcionaba
aquí un sindicato de trabajadores, con sede en este pueblo llamado "Sindicato Obrero" sin embargo el pueblo de Correchouso no
nació a causa del ferrocarril, sino que debe su asentamiento la abundosa
producción de castañas. Aunque durante los años que duraron las
obras su población aumentó considerablemente.
La Pista del
Marroquí fue construida en este
lugar de dificilísimo acceso, sustituyendo de esta manera a otro
antiguo camino de menor extensión que bordeaba el monte por debajo de la actual
Pista del Marroquí. Esta pista fue empezada mucho antes de la
Guerra Civil pero se vio paralizada por la contienda.
Para realizar la construcción de los túneles había dos teleféricos
que atravesaban el río "Cabras" con un recorrido de 1
kilómetro. Uno estaba situado en el enlace con la localidad de Toro y
el otro cerca de Correchouso, en el otro extremo. Gracias a ellos podía
trasladarse el material necesario para las obras del ferrocarril en una zona de
dificilísimo acceso. También servía para transportar personas vivas o
muertas, materiales para la obra, animales etc. A zona donde estaban situados los extremos del
teleférico aun hoy se le conoce con el nombre de "El Cable".
En la construcción de la vía del ferrocarril desde Zamora a Coruña, que abarcó desde 1.929 hasta 1957,
trabajaron millares de personas. Fue un trabajo duro
y costoso en dinero y vidas humanas, pues a los accidentes propios de la obra
hubo que añadirle la enfermedad pulmonar de la "silicosis"
que sufrieron muchos trabajadores. Rafael
Cid periodista natural de Tamagos
(Verín), realizó un documental muy completo e interesante sobre este tema:
"Carrilanos, los túneles de un
tiempo"
La Pista del
Marroquí es en la actualidad una
hermosísima ruta turística, tanto por sus características paisajísticas como por la memoria de tiempos duros y trabajos de gigantes que
hicieron posible la apertura hacia el resto de España de estas
tierras de lobos, segundo decía "Eloi Luís André"
para evitar que el ferrocarril pasara por Laza defendiendo
el trazado por Verín, Xinzo de Limia y Allariz. Sin embargo, el empeño de la
empresa MZOV y la muerte del ingeniero Fernández España
en un accidente de tráfico cuando estudiaba el trazado por la zona de Verín,
hizo posible que se realizara esta obra que tuvo un coste económico muy grande.
Tenia prevista su realización en 5 años e hicieron falta 28
años para terminarla y aunque supuso una
inyección económica para los pueblos de la comarca también costó muchas vidas
humanas.
Así pues, la Pista
del Marroquí representa la memoria viva de un pasado no muy lejano en el que el hombre midió
sus fuerzas con la naturaleza. Pero es también un paisaje único y
salvaje por su orografía, fauna y vegetación. En el deseo de
todos está conservarla para que las generaciones próximas podan disfrutar de
ella y admirar el trabajo de sus antepasados.
Blog Carmen Rivero Gallego tal
como lo explica.
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