Antes de invertir en
pagarés conviene tener claro sus características para evitar caer en el error de
confundirlo con otros productos, como pueden ser los depósitos bancarios y,
sobre todo, para valorar si es una buena oferta comparada con otros productos
bancarios o de inversión que existen en el mercado.
Normalmente los pagarés
son emitidos por bancos y empresas privadas para cubrir sus necesidades de
financiación. Son valores de renta fija
emitidos al descuento, lo que supone que la rentabilidad se obtiene por la
diferencia entre el importe efectivo desembolsado en el momento de la
suscripción y el importe nominal en caso de mantenimiento hasta la fecha de
vencimiento, o el importe efectivo de la suscripción y el importe efectivo de
la venta, si se venden anticipadamente, no dando derecho al cobro de cupones
periódicos.
La inversión en pagarés
puede clasificarse como una inversión a corto plazo, ya que el plazo de
vencimiento de los valores está comprendido entre un mínimo de 3 días hábiles y
un máximo de 25 meses (760 días naturales).
Se consideran, por su naturaleza y funcionamiento, como
valores de renta fija privada, que suelen ofrecer mayores rentabilidades que la renta fija pública (letras
del Tesoro, bonos y obligaciones del Estado). Ofrecen
mayores rentabilidades ya que también suponen un mayor riesgo para el inversor.
La colocación de los pagarés se realiza bien mediante subastas competitivas en las que se
determina el precio de adquisición, o bien mediante negociación directa entre
el inversor y la entidad financiera, siendo esta la forma más habitual. Las emisiones de pagarés que coticen lo hacen siempre en
AIAF.
Los principales riesgos que afectan a estos valores son: riesgo de mercado, riesgo de crédito y riesgo de
liquidez.
El riesgo de mercado viene
determinado por las variaciones en los tipos de interés. Los valores de renta
fija están sometidos a posibles fluctuaciones en el precio; ante una subida de
los tipos de interés en el mercado, el valor de los pagarés será menor y, en
caso de que quiera venderlos antes de su vencimiento, corre el riesgo de que se
le reembolse menos dinero del inicialmente invertido.
El riesgo de crédito es el riesgo de
una pérdida que pueda producirse ante el incumplimiento de las obligaciones de
pago por parte del emisor.
El riesgo de liquidez es el riesgo de
que no se encuentre contrapartida para los valores en caso de querer venderlos
en el mercado.
La pérdida de valor del
pagaré o la falta de cobro de los intereses y/o el principal, no está cubierto por el Fondo de Garantía de Inversores
ni por el Fondo de Garantía de Depósitos.
Al contratar los pagarés debe tener en cuenta el plazo para que la inversión sea acorde con
sus intereses. También es importante conocer
las comisiones asociadas a este producto, ya que éstas siempre disminuirán la
rentabilidad de la inversión. (Fuente:cnmv)