Este sábado hemos tenido una bonita experiencia de senderismo por un espacio natural único.
Participamos en una actividad organizada por Rutea, guías de Senderismo y otras muchas actividades de ocio (montaña, fotografía, aventura). En estos momentos tienen salidas por Galicia, Asturias, Picos Europa leoneses, Pirineos, etc.
Quedamos super/contentos por la organización de la ruta y la atención recibida. Muy recomendable Rutea.
De la mano de Rutea, hicimos un recorrido circular por Sistelo. Un trazado mix compuesto de varios Trilhos representativos de este lugar, que es el ganador nacional de las “Siete Maravillas de Portugal”, en la categoría de Pueblo Rural, por su originalidad y encanto.
El pueblo de Sistelo, llamado “pequeño Tíbet portugués”, tiene una marca de identidad única en las terrazas de todo el país. Las terrazas, moldeadas durante cientos de años por la fuerza del hombre con el fin de transformar una tierra montañosa y hostil en tierra cultivable para la producción de cereales y pastos para razas de vacas autóctonas, guían las aguas a través de un sistema de riego específico, transformando un territorio montañoso e inhóspito en un enclave eco-sostenible para la agricultura y la ganadería.
Visto desde lo alto de la montaña, el pueblo parece un rompecabezas, donde las casas encajan sobre el terreno hostil. Las tradicionales casas de granito, los molinos y los hórreos pierden su dimensión debido a la grandiosidad de ese valle inclinado y empotrado, al que acompaña el río Vez y otros muchos regatos y riachuelos.
El Paisaje Cultural de Sistelo, en el municipio de Arcos de Valdevez, engloba los parajes de Iglesia, Padrão y Porta Cova, enclavados entre el tramo inicial del río Vez y la sierra de la Peneda, y rodeado por las icónicas terrazas del valle del río y en la montaña las brandas (algo semejante a las brañas leonesas).
La profunda relación entre las poblaciones de esta región y su territorio, con un marcado carácter agrícola, ganadero y familiar de la economía local, propició la estructuración de un paisaje único, caracterizado no solo por el mosaico de formas de ocupación de la tierra, sino también por el dominio de una arquitectura vernácula centrada en el uso del granito, que dio forma a las casas, templos, puentes y aceras.
Desde un remoto origen medieval, Sistelo tuvo su territorio organizado por la acción humana desde una edad temprana. Así, las zonas con mejor sol se reservaron para los hórreos; la orilla del río para el establecimiento de molinos; las diferentes altitudes de las montañas para las angostas terrazas y levadas donde se cultiva maíz desde el siglo XVI; y, ya cerca de la cima de la montaña, las llanuras de pastos y cultivos para la práctica del pastoreo trashumante en los niveles más altos, aún salpicados de peculiares refugios y corrales. Una simbiosis entre el hombre y la naturaleza conviviendo en armonía desde tiempos pretéritos.
El Paisaje Cultural de Sistelo está, por tanto, compuesto por un espacio natural de superior calidad paisajística, natural y ambiental, al que se suma un notable patrimonio etnográfico e histórico cuya preservación y autenticidad es imprescindible garantizar, especialmente cuando las amenazas a las que se enfrentan son reconocibles. Salvar las economías tradicionales y la organización del mundo rural.
Sistelo está restaurado, respetando la arquitectura rural (plaza, cementerio, iglesia) es la partida de nuestra actividad. Bajamos al río por unas escaleras de piedra muy antiguas y muy pronunciadas. Transitamos por caminos de piedra y fincas amuralladas, subiendo entre los bancales, algunos de superficie muy reducida. El trabajo del hombre para allanar la verticalidad de los terraplenes, poco a poco hasta convertirlos en sembrados de maíz, huerta y pastoreo. Muchos ahora dedicados al pasto y de un verde intenso que igualmente favorece la belleza.
Llegamos a Padrao con sus hórreos (espigueiros), fuente de aguas cristalinas y canales de distribución del agua. Además, las vistas son de ensueño.
Abandonamos Padrao y bajamos por una calzada hasta el Peto das Almiñas; giramos a nuestra derecha en subida pronunciada por calzada de piedra muy irregular que los llevará hasta Porta da Cova. Nuestro guía de Rutea lo aconseja por las vistas panorámicas que se nos ofrecen desde el final de la aldea. Merece la pena visitar Porta da Cova.
Abandonamos el lugar retrocediendo sobre nuestros pasos hasta el Peto das Almiñas para girar a la derecha para descender hasta el río Vez para cruzarlo por un puente de piedra precioso y singular. A partir de este toca una subida pronunciada y continuada, siempre con vistas espectaculares a nuestra izquierda sobre los bancales y pueblos dispersos. Una vez alcanzada la cota más alta del recorrido, caminamos plácidamente hasta el lugar de Portela de Alvite para continuar hasta otro de nuestros puntos de referencia que era el mirador da Estrica. Un lugar para disfrutar de imágenes a vista de pájaro de la aldea de Sistelo y alrededores.
Tocaba reponer fuerzas del trayecto, algo exigente y disfrutar del lugar, con vistas y sentados al lado de la Ermita de la Estrica.
Solamente quedaba realizar un descenso muy pronunciado y con algunos tramos en zigzag en dirección al río Vez, tomando precauciones para evitar un resbalón. El organizador de Rutea, nos sugirió un pequeño recorrido de ida y vuelta por los pasadizos que forman parte de la Ecovía del Vez y regresar al inicio del recorrido.
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